el Cementerio de Colón
El 1 de noviembre, festividad de todos los Santos parecía un dia apropiado para visitar , el mas grande de la Habana. Esperabamos encontrar un marea humana, pero se ve que fuimos un poco tarde y estaban a punto de cerrar, asi que ya no se veia a nadie por alli excepto unos militares. Fanqueamos el umbral, una fastuosa portada neorrománica, y le preguntamos a un soldado si se puede entrar. “Un momento por favor, sientense ahí que ahora les atendemos”, nos indica secamente y se va. Total, que nos sentamos y esperamos un rato. Por alli solo se veian militronchos armados con metralletas. De pronto llega un camión con perros guardianes ladrando furiosos. Nosotros, que desde hacía rato estamos pensando que no había sido buena idea esta visita, ya no nos atrevemos ni a respirar. Se nota una creciente agitación en el ambiente. Yo ya había oido que habia abundante vigilancia para evitar que santeros y paleros se lleven por la noche restos humanos para sus ceremonias, pero aquello me parecia excesivo.
Finalmente llega un oficial con cara de pocos amigos y se dirige a nosotros -“Si, diganme en que puedo ayudarles”
-“Es que queriamos saber si se puede vistrar el cementerio” contestamos con un hilo de voz”
- “no, ya está cerrado hasta mañana. Ya no se puede visitar”
Le damos las gracias aliviados, como si acabara de salvarnos la vida, y nos largamos de alli escopeteados.
Es una pena porque este cementerio es una de las visitas mas interesantes de la Habana, cuenta con dos millones de inquilinos, tantos como habitantes tiene la ciudad, y una serie de fascinantes monumentos funerarios:
- La bóveda del dominó, tumba de una señora a la que le gustaba mucho jugar dominó, en el cual ponía toda su pasión. Una vez, cuando le quedaba una ficha con la cual dominaba el juego, alguien se le adelantó y trancó el partido. Ella se quedó con su ficha en la mano y fue tanto el disgusto que le provocó la muerte. La ficha era el doble tres, que ahora la acompaña en su tumba representada por una pieza de mármol.
- La"Tumba del amor", donde yacía la hermosa Margarita y a donde su marido, Modesto, acudía a diario a dar a su esposa recitales de violín. Tras morir él, sus hijos mantuvieron la tradición de conciertos en el lugar.
- La Capilla de Constante Ribalaigua, gran amigo de Hemingway y creador del famoso combinado Daiquiri, recinto muy visitado por personas que practican religiones afro-cubanas.
- La tumba de Capablanca, uno de los mas grandes juagadores de ajedrez de la Historia
-La cripta de Miguel Gómez, primer y único presidente negro de la República de Cuba, que obliga al visitante a agacharse para acceder, haciendo una suerte de reverencia al finado.
- El monumento más alto del cementerio, dedicado a unos bomberos que murieron en un incendio. Estaba prohibido que cualquier otro lo superase en altura.
- El mausoleo en forma de pirámide, de un destacado arquitecto decimonónico, con clara inspiración masónica, con el símbolo de Horus sobre su puerta.
Pero sin duda la leyenda más conocida del Cementerio de Colón y la tumba más popular, es la de la Amelia Goyri de Adot,, sobrina preferida del conde Balboa, conocida como "La Milagrosa". Murió al dar a luz, y la criatura también pereció en el trance. Dicen que cuando abrieron la bóveda, su cadáver estaba intacto y tenía al niño en los brazos.
Ésta muestra de amor maternal de ultratumba se interpretó como un milagro y desde entonces se convirtió en un centro de pergrinación para la santería. A los pìes de la tumba se reunen con sus ofrendas los seguidores de Yemaya, Changó y Ochún y le hacen peticiones, de las mas variada índole. Ultimamente incluso se le piden coches o una visa para los EE. UU.
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