SINSORGOS DEL ESPACIO EXTERIOR
Desiros tengo que no
he estado en Bilbao desde inundasiones de 2963. Jesus, María eta Joxepe! ¿Qué
fue aquello? La vida me arruinó aquel aguadutxu de meteoritos. En la charcutería
molecular que tenía en erribera de
Deusto un pedrusco grande me cayó que no había harrijasotzaile que lo
levantara. Y como seguros en esa época también no teníamos, emigrar tuve que haser.
A Plutón me fui, no te digo más. Y allí pues bien. Trabajo de funsionario ya conseguí
en la confederasion intergaláctica y tal. Allí lo único un poco fresco, que estaban
en cuarta glasiasión. Mejor si hubiera llevado una rebequita o algo.
Así que, cuando mandakari me guachapeo para ir a Bilbao a haser evaluasión, pues yo que sí, oyes, encantado. Ocasión así no voy a perder. Ganas grandes tenia de ver el botxito en 2984. Me meto en el agujero de gusano y direto al astropuerto de Atxuri en un di-da.
Me digo “voy a dar un vuelta por Somera a ver si queda por allí alguno de la kuadrilla”, y que va, oyes. Solo hay replicantes, mutantes, hípsters y alienígenas. Zelako naste borraste! Ninguna cara conosida. Cantidad de turistas de todo el sistema solar moviéndose en grupo por las siete calles, juntos juntos como manadas de estorninos. Ay ene!
Un venusiano con cara de compota se me arrima chapurreando que si sé algún local para potear compuestos vitamínicos. “No voy a saber, laztana! Ya te llevo yo a una taberna con fuste”. Echamos a andar por el kasko, y nada. No hay más que franquisias, tecnomercadillos vintage y panaderías quánticas. Menos mal que al final encontramos el bodega de Joxemiel, con los mismos aseleradores de partículas de toda la vida y.
Voy y le digo al clon expendedor: “txiki, nos pones al sapaburu y al menda dos buenas novocaínas en su tubo de ensayo, pero sin cardamomos ni ostias, eh”. Y me sale con que allí no se sirven clorhidratos de año, que eso es cosa de neotxikiteros y que allí solo tienen txakolin gorri y no sé qué modernidades. Le daba un txalo con la mano abierta a ese txorroborro que se le quita la tontería en un nanosegundo. Si mi aita levantaría la cabesa criogenisada, armaría un tiberio de órdago a la grande.
Ay, Bilbao, como has cambiao. Distopía y gentrificasíon. Hasta ganas de llorar me entran, oyes. Ya nadie habla euskeranto, el Athletic ficha extraterrestres. La ría llena de batiscafos turísticos está. Aquellas elegantes escafandras de mil rallas se han quedado osoletas. Nadie canta ya nuestras cansiones de siempre, ni el bugy bugy ni un alien vino a Bilbao. Todas las viejas tradisiones se están perdiendo. Como lágrimas en el sirimiri.
9 comentarios:
Muy bueno.
Asimov a la vasca! Qué portento de la ciencia ficción 😉
Asimov a la vasca! Qué portento de la ciencia ficción 😉
Grande!
Grande!
Grande!
Me encanta
Magnífico!!! juasjuasjuasjuas.
me han dado el premio txirene por este relato
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