Los Guerreros de terracota
Hace más de treinta años, unos campesinos que buscaban agua para sus regadíos en Xian descubren framentos de una figura de terracota que semeja a un guerrero antiguo. Esta habría de ser la primera de las piezas de un verdadero ejército a tamaño real realizado en arcilla cocida conocido como “los Guerreros de Xian” .
Poco tiempo después este impresionante hallazgo se convertiría en uno de los conjuntos arqueológicos más importantes del pasado siglo, comparable al de la tumba de Tutankamon.
Se trata de la última morada del legendario Qin Shihuang, el primer emperador de China, el hombre que consiguió hace 2.300 años, unificar todos los reinos feudales de la civilización china y estableció la Dinastía Qin, con capital en Xian. Mandó construir la Gran Muralla, para proteger las fronteras del imperio. Centralizó el ejército y controló personalmente sus dominios bajo un control feroz. Igualó las vestimentas, las opiniones, los idiomas, la escritura, incluso los modos de lucha.
Pero Qin tenia una anhelo por encima de todo: queria vencer a la muerte. Y como sabemos ese proposito es harto complicado incluso para los emperadores. Qin Shihuang solía decir que quería “durar tanto como el Cielo y la Tierra, entrar en el agua sin mojarse y tener contacto con el fuego sin sufrir quemaduras”. Tales eran sus hobbies.
Fue precisamente este obsesivo miedo a morir el que desencadenó su inevitable muerte en el año 210 a.C, a los 48 años de edad, mientras se encontraba haciendo un viaje por la China oriental en busca de las legendarias islas de los inmortales y el secreto de la vida eterna. Su caracter receloso y despótico aparece bien reflejado en la peliciula Hero, de Zhang Yimou.
El caso es que el emperadror Qin Shihuang había desplegado todo su poder para desafiar a la muerte. Y para ello hizo contruir un verdadero ejército de Terracota que fue enterrado a la vez que él y cuya función era la de escoltarle en su viaje al otro mundo.
Hasta ahora se han descubierto casi dos mil de aquellas figuras de soldados, todas distintas. Yo habia pensado dibujar las 2000 pero al final he dibujado una sola para que os hagais una idea. Se cree que el Ejército de Terracota del Primer Emperador chino esta compuesto por al menos 8.000 estatuas, pero la mayoria siguen enterradas, a la espera de que las tecnologías en el campo de la arqueología evolucionen y se pueda garantizar que los soldados desenterrados en el futuro mantengan su color original.
También se decidió, por las mismas razones, esperar un tiempo antes de entrar al túmulo bajo el que se encuentra la cripta de Qin Shihuang (situado a un kilómetro y medio de distancia del Ejército de Terracota). A dia de hoy este enclave funerario todavia sigue rodeado de enigmas y misterios, pero las crónicas de la época aseguran que en esa tumba descansan tesoros inimaginables. El historiador Sima Qian habla de ríos subterráneos de mercurio, cauces que «se hacían fluir mecánicamente y representaban el río Amarillo y el río Azul». Según él la tumba contenía maravillas increíbles, maquetas de palacios y espléndidos tesoros; el techo de la cámara fúnebre era de «bronce salpicado de gemas como si de un cielo estrellado se tratara».
Poco tiempo después este impresionante hallazgo se convertiría en uno de los conjuntos arqueológicos más importantes del pasado siglo, comparable al de la tumba de Tutankamon.
Se trata de la última morada del legendario Qin Shihuang, el primer emperador de China, el hombre que consiguió hace 2.300 años, unificar todos los reinos feudales de la civilización china y estableció la Dinastía Qin, con capital en Xian. Mandó construir la Gran Muralla, para proteger las fronteras del imperio. Centralizó el ejército y controló personalmente sus dominios bajo un control feroz. Igualó las vestimentas, las opiniones, los idiomas, la escritura, incluso los modos de lucha.
Pero Qin tenia una anhelo por encima de todo: queria vencer a la muerte. Y como sabemos ese proposito es harto complicado incluso para los emperadores. Qin Shihuang solía decir que quería “durar tanto como el Cielo y la Tierra, entrar en el agua sin mojarse y tener contacto con el fuego sin sufrir quemaduras”. Tales eran sus hobbies.
Fue precisamente este obsesivo miedo a morir el que desencadenó su inevitable muerte en el año 210 a.C, a los 48 años de edad, mientras se encontraba haciendo un viaje por la China oriental en busca de las legendarias islas de los inmortales y el secreto de la vida eterna. Su caracter receloso y despótico aparece bien reflejado en la peliciula Hero, de Zhang Yimou.
El caso es que el emperadror Qin Shihuang había desplegado todo su poder para desafiar a la muerte. Y para ello hizo contruir un verdadero ejército de Terracota que fue enterrado a la vez que él y cuya función era la de escoltarle en su viaje al otro mundo.
Hasta ahora se han descubierto casi dos mil de aquellas figuras de soldados, todas distintas. Yo habia pensado dibujar las 2000 pero al final he dibujado una sola para que os hagais una idea. Se cree que el Ejército de Terracota del Primer Emperador chino esta compuesto por al menos 8.000 estatuas, pero la mayoria siguen enterradas, a la espera de que las tecnologías en el campo de la arqueología evolucionen y se pueda garantizar que los soldados desenterrados en el futuro mantengan su color original.
También se decidió, por las mismas razones, esperar un tiempo antes de entrar al túmulo bajo el que se encuentra la cripta de Qin Shihuang (situado a un kilómetro y medio de distancia del Ejército de Terracota). A dia de hoy este enclave funerario todavia sigue rodeado de enigmas y misterios, pero las crónicas de la época aseguran que en esa tumba descansan tesoros inimaginables. El historiador Sima Qian habla de ríos subterráneos de mercurio, cauces que «se hacían fluir mecánicamente y representaban el río Amarillo y el río Azul». Según él la tumba contenía maravillas increíbles, maquetas de palacios y espléndidos tesoros; el techo de la cámara fúnebre era de «bronce salpicado de gemas como si de un cielo estrellado se tratara».
1 comentario:
Excelente comentario y fabuloso dibujo. Gracias. A seguir bien. Un abrazo Manuel
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