La emperatriz Wu Zetian
En las grutas de Longmen me llama la atención una imagen de Buda de delicados rasgos. Descubro que fue esculpido con las facciones de Wu Zetian, la primera y última emperatriz de China (Cixi solo llegó a ocupar el cargo como emperatriz consorte), una mujer del siglo VII d. C . que fraguó intrigas, envenenó y estranguló a sus enemigos, hasta llegar a convertirse en una diosa viviente.
El padre de Wu Zetian era un comerciante, a quien los oráculos habían augurado que su descendencia reinaría en China, pero él consideró absurdala predicción porque solo tenía una hija. Sin embargo, la profecía de que “alguien con facciones femeninas y corazón de tigre arribaría al trono” ya se estaba fraguando.
A la edad de trece años, gracias a su extrema belleza, Wu Zetian (o Wu Chao) ingresó como concubina en el harén del Supremo Emperador Taizong, un sitio peligroso donde las concubinas competían entre ellas ferozmente para convertirse en favorita o ascender de rango.
Cuando el emperador cayó enfermo, Wu sedujo a su hijo, el heredero Kao Tsung, una pasión que la Corte consderó incestuosa . El hecho de que la joven Wu hubiera sido concubina de un padre y un hijo fue un motivo de gran escándalo para los moralistas confucianos de la época. Asi que a la muerte de Taizong, le cortaron el pelo y la encerraron en un convento, pero consiguió comunicarse en secreto con el nuevo emperador, a la vez que hizo amistad con la emperatriz. De esta manera consiguió un edicto real que le le permitió volver al palacio y al harén real.
Como no era una mujer demasiado escrupulosa, mató a su propia hija recien nacida para culpar a la emperatriz, que fue ejecutada por ello. Convertida ella misma en emperatriz, Wu reinó sobre China a la sombra de su marido Kao Tsung. Cuando cumplió los 41 años, comenzó a temer que su joven y hermosa sobrina se convirtiera en la favorita y la envenenó.
A la muerte de su marido, tambien envenenó a su hijo mayor, de fuerte caracter, y a su segundo hijo, lo envió al exilio bajo falsas acusaciones. Despejado el camino, designó para hacerse cargo del gobierno a su hijo menor, el mas incapaz. Fue éste quien mando esculpìr la imagen del Buda del dibujo con los rasgos de su madre.
Finalmente, la madre se cansó de manipular a sus hijos y ocupó ella misma el trono. En el año 690 sus deseos se vieron finalmente cumplidos, cuando fue nombrada con el anómalo cargo de "Sagrado y Divino Emperador de China".
Tan proverbial como su ambición fue su desaforada lujuria. En el libro "La cuna de la érotica", de Allen Edwardes y Robert Masters, se relata que todo dignatario masculino que visitaba a Wu Chao debía realizarle un cunnilingus. Previamente, eso si, la agasajada pedía a sus visitas que se lavaran la boca. Es difícil cotejar la veracidad de este hábito tan despiadado y es posible que sus enemigos la inventaran para desacreditarla. Lo que sí aparece bien documentado que en 697, cuando ya contaba con 72 años, creó para su particular disfrute un harén de jóvenes mancebos, conocido como el Instituto de la Grulla.
Finalmente, el 20 de febrero de 705, ya con ochenta años, no pudo evitar un golpe de estado, en el que fueron ejecutados sus ministros y amantes, los hermanos Zhang. La emperatriz fue obligada a abdicar, y su hijo el emperador Zhongzong volvió a subir al trono, restaurando la dinastía Tang. La anciana Wu moriría pocos meses después.
Fue una soberana cruel con sus adversarios pero, paradójicamente, fue una gran benefactora para el pueblo, bajó los impuestos, impulsó los derechos de las mujeres y trajo paz y prosperidad a su inmenso reino.
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