martes, 9 de octubre de 2007

Sinagoga de Ben Ezrah


Bajó la hija del faraon para bañarse en el rio y, mientras sus
doncellas se pasaeaban por la orilla, divisó la cestilla en los juncos y envio una criada para que se la trajese. Al abrirla, vio que era un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: "Es uno de los niños hebreos."

Exodo 2, 5



Este pozo junto a la sinagoga Ben Ezra es venerado por la tradición hebrea como el lugar en que Moisés fue recogido de las aguas del rio por la hija del faraón, cuando las riveras del Nilo llegaban hasta este punto. Alli estaba el Elegido, postrado en el canastillo, el que después conduciría a los hijos de Sión hasta la Tierra Prometida, separando las aguas del mar Rojo.


La tradición añade que el profeta Jeremías reunió aqui a los judíos dispersos después de que Nabuconodosor destruyese el templo de Jerusalén

Ocultos en un nicho de esta sinagoga, una de las mas antiguas del mundo, se han encontrado los milenarios documentos de la Genizá, que incluyen un Corán en hebreo y una Biblia en árabe, un borrador completo de la Guía de perplejos de Maimónides, con sus correcciones y el texto original hebreo de Ben Sira, escrito apócrifo del siglo II a.e.c. no incluido en el canon judío de la Biblia. La mayoria de estos documentos han desparecido del Cairo, posiblemente fueron sustraidos por el Mosad y trasladados clandestinamente a Israel

4 comentarios:

EL AVENTURERO dijo...

ahora se me ocurre, tirando de la madeja, que si la hija del faraon no hubiera ido ese dia a bañarse justo a ese sitio, quizas la torres gemelas de NYC estarian ahora en pie

Anónimo dijo...

Estos del Mossad siempre jugando al escondite, como el Vaticano. La verdad les acojona, aunque sea mentira.

Wendy Pan dijo...

Anda qué jodío el Nabucodonosor, mira que me caia bien y todo...
Como se enteren los Nabucodonosorcitos (que viven en la maceta de Epi-Barrio Sésamo-) lo desheredan...

Pa to esto podías haber puesto el coro de esclavos (que puedo cantar hasta dormida, se convirtió en un himno pa nosotros cuando nos cerraron el teatro) de Nabucco, o la canción que hicieron en Dreamswork (donde vuelve a trabajar mi profe de dibujo, aiiins qué contentas tooy !!) para EL PRINCIPE DE EGIPTO que cantaba aquella cantante de por ahí...

Besotes

lenoreanabel dijo...

jajajaja. Una interesante reflexión aventurero. Me encantan tus dibujos y tus explicaciones que tan bien les acompañan. besotes.
p.d. no he podido evitar pensar en charlton heston,jejeje.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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