la princesa Jasmina
La cacereña Torre de los pozos, también llamada de los gitanos,
ofrece unas magnificas vistas a la parte este de la ciudad y al arroyo de la
rivera. Esta torrefue escenario de una tremenda leyenda de amor y traición, que debe tener un
sustrato histórico pero, que como todas las leyendas, no se sabe hasta donde ha
sido retocada por la imaginación popular.
La escritura cacereña Ada Salas, nos la relata
con estas bonitas palabras:
Cuando la ciudad era
árabe, vivía aquí el Alcaide con su hija la princesa Jasmina, célebre por su
hermosura, a quien estimaba por encima de todo y quien cuidaba como su mayor
tesoro. Llegado el tiempo de la Reconquista, la ciudad fue asediada por soldados
cristianos. Desde las ventanas trasera del Palacio, la princesa guardada
celosamente por los desvelos de su padre, acechaba los movimientos de las
tropas enemigas; esos gallardos caballeros, de aspecto extranjero, que la
atemorizaban y la intrigaban a un tiempo. Entre ellos, colmo enseguida su
atención un aguerrido guerrero que, retirado el yelmo, dejo ver su rostro noble
y unas largas guedejas en las que quedo prendado el corazón de la desprevenida
doncella. Bien hizo el amor su oficio y, a espaldas de su padre, pedía Jasmina
un día y otro a su ama que la ayudase, ingeniando algún medio para salir del
Palacio, que para ella era cárcel y acercarse al caballero.
Enternecida por los
suspiros de su señora, reveló el ama la existencia de una pasadizo que conducía
desde el aljibe a la vega del riachuelo, extramuros donde el ejercito cristiano
esperaba su hora para tomas la villa, tal vez, embozada y en su compañía,
podrían aventurarse en la oscuridad de la noche y cumplir su deseo. Así lo
hicieron y, para desesperación del ama a la primera salida siguieron otras
muchas y otros tantos encuentros con quien, bajo la promesa de se su esposo, le
hizo olvidar la honestidad y el recato entre sus brazos de enardecido amante.
La delicias desmayadas de Jasmina se desvanecían no bien despuntaba el alba,
escoltada por el ama, desenfadaba el angosto camino que la restituía a su
alcoba.
Pero como el amor, no
siempre se alberga en pecho generoso, quiso el taimado cristiano sacar partido
de su rendida conquista, y la siguió un amanecer, descubriendo la entrada del
pasadizo secreto. Por allí con sus mejores hombres, entró hasta el corazón del
Palacio, y tomo casi sin sangre, la ciudad. El Alcaide, viéndose tan
impensadamente vencido, clamaba por el nombre del traidor. Jasmina confesó su
culpa y con su culpa su desgracia, y viendo ser su amado el verdugo de su dicha
y la perdición de su padre, abrió el balcón por el que tantas veces la espiara,
y se dejó caer, llamando a la muerte a voces. Y dicen, compadecidos tal vez, y
no queriendo ver tan desbaratado fin a su bellísimo cuerpo, que en mitad de su
vuelo se convirtió en gallina de oro, y que las noches de San Juan se aparece
en lugar conocido como Fuente Fria. Otros, los menos avisados cuentan que bajo
hasta el aljibe y se durmió para siempre en sus aguas.
Se dice que las tropas Cristianas entraron en Cáceres
en la madrugada del día 23de abril, día de San Jorge. Es por eso que
la ciudad está bajo el patronazgo de este Santo mtadragones, y cada año se conmemora esta efemérides
con un desfile de moros y cristianos.
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