miércoles, 26 de octubre de 2011

bicitaxi en La Habana



“Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”

HOMERO


domingo, 23 de octubre de 2011

PALADAR LA MONEDA CUBANA




Templo de la cocina criolla. Sabrosa y a buen precio, pero, a pesar de su nombre, hay que pagar en dólares. Allí una vez mas, aplicamos la máxima que nos guió durante todo el viaje y que aplicabamos a rajatabla en el desayuno, la comida, la merienda y la cena: “El aventurero siempre debe alimentarse bien, porque no sabe cuando volverá a hacer una comida en condiciones”.

miércoles, 19 de octubre de 2011

TRINIDAD


Trinidad fue una de las siete villas iniciales fundadas por el primer gobernador de Cuba, y durante los siglos XVI y XVII un importante centro del tráfico de esclavos. Actualmente es una de las poblaciones mas vistosas de la isla, con una recia arquitectura colonial.

En la imagen podemos ver, aparte de la llamada Casa del Corsario, donde vivió un temible pirata francés, dos museos con nombres tan evocadores como el Museo romántico y el Museo de la lucha contra los bandidos.

domingo, 16 de octubre de 2011

cochinos, bahia de

En la Bahía de Cochinos tuvo lugar uno de los episodios mas celebrados del regimen cubano. La frustrada invasión de la isla determinó durante décadas las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamerica.

El 17 de abril de 1961, una división de 1.400 hombres compuesta por cubanos anticastristas y mercenarios entrenados por la CIA, desembarcó en Playa Girón, con el apoyo logístico de 14 acorazados y 24 aviones camuflados con la bandera cubana.

Tras 72 horas de combate las tropas de Castro repelían la agresión. Cinco días después, el presidente Kennedy decretaba el embargo total a Cuba.


viernes, 14 de octubre de 2011

Cienaga de Zapata

Al sur de la Habana hay una gran región pantanosa, conocida como la ciénaga de Zapata. Allí habitan, además de manatíes, iguanas, majuaris y otras muchas especies endémicas, mas de once mil cocodrilos.

En el centro de la cienaga se encuentra la Laguna del Tesoro, la mayor superficie de agua dulce de la isla, así llamada porque el jefe de los indios tainos, Guamá, arrojo todas sus riquezas a la laguna para evitar el saqueo de los conquistadores. Al poco llegaron los españoles y pasaron a cuchillo a todo lo que se movía, pero nunca encontraron el tesoro, por lo que se supone que sigue sumergido en algún lugar de la laguna.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Amelie








Amelia se entrega al sol del Caribe, y quien sabe si por un momento la suave brisa le hace pensar en los vientos gélidos que suelen asolar la llanada alavesa.

martes, 11 de octubre de 2011

Castillo de Jagua



En la entrada de la bahía de Cienfuegos, se encuentra el Castillo de Jagua, construido en 1754 para evitar las incursiones piratas en la ensenada.

Cuentan que en sus almenas, algunas noches se aparece el espectro de una hermosa dama ataviada con un manto azul, a cuyo encuentro sale un ave negra de gran tamaño.

Durante mucho tiempo los soldados se negaban a hacer la guardia por temor a encontrarse con el fantasma, el alma errante de la esposa del conquistador español Juan Castilla Cabeza de Vaca, enterrada en una de las bóvedas del castillo.

Total, que un joven alférez se presentó voluntario para hacer la guardia y estaba el hombre allí tranquilamente y la guarnición durmiendo, cuando en mitad de la noche se escuchó un grito aterrador. Un poco fastidiados por el sobresalto pero intrigados por ver que ocurría acudieron y se encontraron al muchacho desmayado y a su lado una calvera, una espada rota y un manto azul.

El alférez recobró el conocimiento, pero no la razón: había enloquecido para siempre, así que nunca pudo explicar lo ocurrido.


martes, 4 de octubre de 2011

sobrepeso


Hasta aquí hemos llegado. Esta tarde me he pesado en una báscula y el resultado me ha dejado petrificado: 111,1 kilos. No deja de ser llamativo que todos los dígitos fueran unos, como si fuese una balanza en código binario, pero lo realmente escalofriante es la cifra en si. Desde que dejé de fumar hace casi un año, he engordado 12 kilos.

Es verdad que en mi familia tenemos cierta propensión genética a la obesidad (y otra cosa que tambien nos sucede es que nos gusta mucho jamar, hay que reconocerlo). Uno de mis hermanos se ha hecho acólito incondicional de Dukan, y otro (no daré nombres) acudió a la consulta de una prestigiosa nutricionista, la doctora Cadenas. Después de que mi hermano le formulase todas sus dudas de forma exhaustiva y le plantease todas las preguntas que el tratamiento le suscitaba, la doctora Cadenas le prescribió lo siguiente: “tu come lo que te dé la gana, pero a mi dejame en paz”. Y dicho esto rompió a llorar de frustraciñon e impotencia, por no haber sabido mantener la profesionalidad. Mi hermano, que es de natural optimista, se quedó con la primera parte del mensaje: “la nutricionista me ha dicho que puedo comer lo que me dé la gana”.

El caso es que he pensado que debo poner freno a este proceso de expansión, y ya que estoy en 111,1 kilos, me he propuesto adelgazar 11 kilos de aquí al día 11-11-2011. ¿Lo conseguiré? Yo creo que si. No os extrañe si oís por las calles que me he convertido en un vigoréxico y que no queda ni un gramo de grasa en mi demediado abdomen.


domingo, 2 de octubre de 2011

la risa

Estos dias se ha celebrado la segunda Semana de literatura de Humor, la Risa de Bilbao. Alli he disfrutado de acontecimientos excepcionales, como una profusa exposición de originales de Juan Carlos Egileor, la presencia gigantesca de Francisco Ibañez o la desternillante presentación de la mano de Mauro Entrialgo, del libro de Montero y Maidagán Dos hombres sin destino, publicado por la editorial riojana Pepitas de calabaza.

Entre estas y otras muchas cosas, la Risa de Bilbao organizaba un concurso de microcuentos de humor, relatos de menos de cien palabras, relacionados con los viajes. Entre los 240 presentados, seleccionaban diez finalistas que se leyeron ayer públicamente en la carpa. Y entre estos diez había uno que presenté yo y que os trascribo a continuación.




LAS DAGAS DE SOLIMAN

Acababa de llegar a Estambul , merced a aquella oferta Todo incluido.

Mis pasos me llevaron hasta El Kapali Çarsi, llamado Gran Bazar. Un anciano comerciante requirió mi atención para ofrecerme una mercancia muy especial: la Daga Perdida de Soliman. La pieza era única y la contraprestación requerida muy razonable. Una ganga, vamos.
 
Cerramos la transacción y sali sigiloso de aquella trastienda con mi valiosa adquisición. Para mi sorpresa, minutos despues otro mercader igualmente anciano me ofreció una segunda Daga de Soliman, igualmente perdida y recubierta de preciosos zafiros, y a un precio aun mas irrrisorio.

Definitivamente, era mi dia de suerte.




amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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