Estos dias se ha celebrado la segunda Semana de literatura de Humor, la Risa de Bilbao. Alli he disfrutado de acontecimientos excepcionales, como una profusa exposición de originales de Juan Carlos Egileor, la presencia gigantesca de Francisco Ibañez o la desternillante presentación de la mano de Mauro Entrialgo, del libro de Montero y Maidagán Dos hombres sin destino, publicado por la editorial riojana Pepitas de calabaza.
Entre estas y otras muchas cosas, la Risa de Bilbao organizaba un concurso de microcuentos de humor, relatos de menos de cien palabras, relacionados con los viajes. Entre los 240 presentados, seleccionaban diez finalistas que se leyeron ayer públicamente en la carpa. Y entre estos diez había uno que presenté yo y que os trascribo a continuación.
LAS DAGAS DE SOLIMAN
Acababa de llegar a Estambul , merced a aquella oferta Todo incluido.
Mis pasos me llevaron hasta El Kapali Çarsi, llamado Gran Bazar. Un anciano comerciante requirió mi atención para ofrecerme una mercancia muy especial: la Daga Perdida de Soliman. La pieza era única y la contraprestación requerida muy razonable. Una ganga, vamos.
Cerramos la transacción y sali sigiloso de aquella trastienda con mi valiosa adquisición. Para mi sorpresa, minutos despues otro mercader igualmente anciano me ofreció una segunda Daga de Soliman, igualmente perdida y recubierta de preciosos zafiros, y a un precio aun mas irrrisorio.
Cuentan la historia de un hombre poderoso que golpeó en la cabeza a un hombre justo con una piedra. El dervishe no pudo responder a la agresión. Un día encarcelaron a su atacante por haber causado la ira del sultán. El dervishe, que todo ese tiempo había guardado la piedra, fue a ver al hombre y le golpeó con ella en la cabeza. El prisionero se quedó desconcertado y le preguntó: - ¿Quién eres y por qué me golpeas con esa piedra? El anciano respondió: - Soy fulano de tal y esta es la misma piedra con la que me golpeaste en tal fecha. Su víctima inquirió: - ¿Por qué no te vengaste antes? - Antes -dijo el sabio- temía tu autoridad, pero ahora considero que es el momento adecuado para enseñarte buenos modales, pues es cierto que si ves a un hombre indigno que adquiere poder, es que los sabios han renunciado a la autoridad. Mientras no tengas uñas afiladas, mejor es no entrar en pelea. El que echa un pulso a un puño de acero, causa dolor a su propia muñeca. Espera hasta que la fortuna ate sus manos y entonces, para deleite de tus amigos, ábrele el cráneo.
También en Usküdar, en la orilla asiática del Bósforo, muy cerca de la plaza desde la que partían hacia tierras de oriente las caravanas que realizaban la mítica ruta de la seda, podemos admirar una hermosa mezquita, la Iskele Camii, erigida a instancias de la princesa Mihrimah, hija favorita de Soliman, el magnifico. Se trata de un edificio imponente y monumental, con amplio pórtico y dos minaretes gemelos. Fué construido en 1548 por Mimar Sinán, uno de los más importantes arquitectos de la humanidad, tan grande como sus contemporaneos Miguel Angel, Andrea Palladio o Juan Herrera. Aunque se desconoce con exactitud su origen, se da por cierto que Sinan era hijo de familia cristiana, armenia o griega. A los 14 años fue reclutado por el cuerpo de Jenizaros, y gracias a su gran capacidad intelectual y su ambición se formó como ingeniero y arquitecto. Participó en numerosas campañas bélicas en la reparación y construcción de puentes de pontones y de catapultas.
Acompañó a los sultanes Selim I y Suleiman en las campañas militares de Rodas, Persia, Corfú, el sur de Italia, El Cairo, Austria, Moldavia y los Balcanes. Estas campañas le permitieron conocer numerosos ciudades europeas y apreciar de cerca sus edificios, monumentos y diversos estilos artísticos.
Fue, durante un periodo de cincuenta años, responsable de la construcción y supervisión de los edificios más importantes del gran Imperio, lo que le convierte probablemente en el arquitecto mas prolífico de la Historia. Su obra es la esencia del arte otomano.
Hay un mosaico en Santa Sofía que representa a la interesante historia de la emperatriz Zoe y su esposo. Constantino VIII no tuvo hijos varones, y no quería que ninguna de sus tres hijas heredara el trono de Bizancio, pero su hija mediana Zoe llegó a ser emperatriz casandose con el gobernador Romanos Argyros (Romano III).El tal Romanos era tipo apuesto a pesar de que ya tenía 60 años. aun así, pasado un tiempo, Zoe se hartó de su marido, porque estaba especialmente interesada en un campesino de la Paflagonia llamado Miguel que tambien era guapo, pero ademas era joven, y que había sido introducido en el gineceo del palacio por su hermano Juan Orphanotropos. Romano III murió en el baño el 11 de abril del año 1034 y esa misma noche Zoe se casó con Miguel. Una vez que Miguel fue coronado emperador, perdió súbitamente todo el interés por ella. Miguel era epiléptico y durante la campaña de los Balcanes cayó enfermo. Convenció a Zoe para adoptar a su sobrino, también llamado Miguel. Después de que el nuevo Miguel fuera nombrado emperador traicionó a Zoe y la desterró a ella y a su hermana Teodora. Pero el pueblo quería a las dos hermanas y se rebeló. Zoe y Teodora regresaron pero la ira de la gente exigía venganza. Miguel fue atrapado en Santa Sofía y le sacaron los ojos. Como no había otro emperador, obligada por las circunstancias Zoe se casó con Constantino Monomakhos cuando tenía 64 años. En el mosaico de Santa Sofia vemos a Constantino Monomakhos pero hay algo raro: la cabeza del emperador y el texto sobre su identidad parecen modificados. Se dice que Zoe mandó hacer el retrato de su primer marido y conforme sus maridos, cambiaban, iba tambien cambiando la cabeza y el texto del mosaico, pero mantenía el cuerpo y el resto de la imagen, con lo que ahorraba unos denarios al erario público.
El hipódromo es uno de los lugares más monumentales de Estambul. Fue construido en el siglo II, durante el imperio de Septimio Severo, y el 11 de marzo del 330 en esta misma plaza se proclamó el nacimiento de la Nueva Roma. Allí surgió también la rebelión de Nika, que acabaría en un baño de sangre cuando Belisario mandó masacrar a los 30.000 insurrectos allí convocados. “Si”, me diréis “mucho Belisario y mucho Septimio Severo, pero ¿ahora mismo que se puede ver allí?" Pues lo siguiente:
EL OBELISCO EGIPCIO, el monumento más antiguo de Constantinopla, fue construido hace 3.500 años por orden del faraón Tutmosis II en Luxor. Expoliado en el siglo IV por los bizantinos, al descargarlo en el puerto se les partió en tres trozos y lo que ahora hay instalado allí es únicamente el tercio superior.
LA FUENTE ALEMANA, un kiosco diseñado personalmente por el káiser Guillermo y regalado al sultán Abdulhamid II.
LA COLUMNA DE CONSTANTINO. El emperador Constantino Porphitogenetos mandó recubrirla de bronce pero las placas fueron arrancadas durante la IV cruzada para acuñar moneda.
LA COLUMNA SERPENTINA. Fue un regalo de las 31 ciudades griegas que vencieron a los persas en Platea, para instalarlo en el Templo de Apolo en Delfos. Representa tres serpientes entrelazadas de cuyas bocas brotaba leche los días de carreras. Sobre ellas había instalada una gran caldera de oro.
También estuvieron aquí los míticos caballos asirios de san Marcos, hasta que los saquearon los venecianos en el 1204
En la puerta norte de Santa Sofía hay una columna muy famosa, llamada Aglayan sütun, “la columna que transpira”.
Se dice que en su base se apareció San Gregorio el Taumaturgo y que el santo trasmitió a esta columna la capacidad de segregar su propio sudor, que tiene el poder de curar los ojos y dar la fertilidad a las mujeres. Otras leyendas sugieren que la columna llora de pena por el Sultán Ya Vedad, que no sé quien era, pero supongo que grandes debieron de ser sus aflicciones para hacer llorar a las piedras, tan duras ellas. Sea como fuere y no sé porque razón, la columna está húmeda.
Es costumbre introducir un dedo en un agujero que hay en la base y pedir un deseo. Si el dedo se humedece, el deseo se cumplirá.
Yo introduje el índice en el hueco y pedí que cese ya tanta barbarie y tanta guerra en el mundo, como las misses, pero parece que ese deseo excedía las capacidades de la columna, así que volví a intentarlo y pedí un kebab de cordero, y esta vez sí, mi deseo se vio cumplido.
El edificio más significativo de Constantinopla, y de todo el Imperio bizantino, es la iglesia –mas tarde mezquita y hoy museo- de Santa Sofía, levantada alrededor del año 500, en tiempos de Justiniano. El emperador, sobrecogido ante la apabullante construcción, murmuró: "Salomón, te he vencido", convencido de haber superado el mítico templo de Jerusalén. Lo más sorprendente de la iglesia es su cúpula de 31 metros de diámetro cuyos empujes se contrarrestan con dos bóvedas de cuarto de esfera que descansan en otras bóvedas y unos muros de un espesor descomunal. Este reparto de presiones dota a la construcción de una sensación de ligereza inigualable, acentuada por los dos pisos de arquerías que se hallan bajo los arcos formeros de la nave. A partir de este modelo constructivo se levantarían las grandes mezquitas muchos siglos después. De hecho hasta mil años mas tarde no se logró superar el tamaño y la altura de su cúpula.
El aventurero quedó de tal manera prendado por ese inconmensurable espacio que apenas acertó a decir “Salomón, menuda goleada te ha metido Justiniano”.
Tal vez la parte del palacio de Topkapi que más turistas atraiga sea el famoso Harén, un lugar que siempre ha despertado fascinación entre los occidentales.
La palabra Harén en árabe significa “prohibido”, y algo de prohibido y misterioso sigue teniendo el lugar, aunque en la actualidad se acceder mediante una visita guiada. El Harén de Topkapi está formado por un laberinto de amplias salas y angostos pasillos cubiertos de espectaculares azulejos.
El sultán era el único hombre que tenía acceso a esta zona del palacio, residencia de las esposas, concubinas e hijos del sultán, celosamente custodiada por los eunucos negros. Las jóvenes vírgenes admitidas en el harén imperial provenían del botín de guerra, de regalos de cortesanos o habían sido adquiridas en los mercados de esclavos.
Estas mújeres debían dedicar sus vidas a agradar al sultán y proporcionarle los mas refinados placeres. El resto del tiempo lo pasaban en esta jaula de oro, dedicadas a cuidar su belleza y su cuerpo, a la elección de telas y los perfumes. Tambien proliferaban los filtros y talismanes, las nigromancias y las artes mágicas, para intentar ser la favorita entre las favoritas.
De entre las jóvenes saraylis el sultán elegía a las tres mas bellas e inteligentes y les concedía los títulos de Primera, segunda y Tercera Concubinas Oficiales o kadins. Se sucedían en el rango y en el turno de noche, nöbet gecesi, en su dormitorio. Las ikbal eran las favoritas porque habían proporcionado al sultán hijos varones. Tras las esposas ocupaban el grado jerárquico las privilegiadas, gediklis. Un grupo seleccionado del Harén eran las elegidas, gözde, “en el ojo” del sultán. Lasustas y las kalfas ejercían como doncellas en distintos grados y la mas vieja de ellas, kâhya kadin, supervisaba y oficiaba como celestina, mediadora entre el harén y el sultán.
A la izquierda de la entrada principal del Topkapi hay una fuente que pasa inadvertida para el visitante apresurado. Parece un sencillo manantial, destinado a facilitar la costumbre musulmana de realizar abluciones antes de entrar en un recinto sagrado.
Pero su función era mas sombría: sus aguas servían para que el verdugo (que curiosamente ostentaba también el cargo de Jardinero Jefe) lavara su hacha tras las decapitaciones de los sentenciados por el Consejo Imperial. De ahí que se la llamara Cellât Çesmesi, o de los ejecutores.
Despues las cabezas eran expuestas en lo alto del muro. Algunos dias podian contarse por millares, dependiendo del humor del sultán. Asi que el trabajo de verdugo no digo yo que no tuviera sus compensaciones a nivel personal, pero su jornada laboral podia alargarse hasta las mil y monas. Y luego ponte a arreglar el jardín. No le quedarían ni ganas.
El Palacio de TOPKAPI, construido por Mehmet II, el conquistador, en 1453, después de la conquista de Constantinopla, fue la residencia oficial del sultán durante tres siglos.
En la Sala del tesoro se encuentran las fastuosas riquezas, que durante ese tiempo fueron acumulando los distintos sultanes, entre las que no puedo dejar de mencionar: - Un trono tachonado de perlas, regalo del Sha de Persia al sultán Mahmut
- Un pelo de la barba de Mahoma, traido del Cairo por Selim I
- La espada del rey David
- La celebre daga Topkapi, con incrustaciones de diamantes en la funda funda y enormes esmeraldas en la empuñadora
- La vajilla verdeceledon, de origen chino, de uso exclusivo del sultán porque cambiaba de color al contacto con el veneno
- El primer mapa del mundo dibujado por Piri Reis en 1513, uno de los grandes enigmas de la cartografía, pues incluye la Atlantida y un perfil completo del continente americano - El famoso Diamante del Cucharero (Kasikçi Elmasi), el 5º mas grande del mundo con sus 86 kilates. Se lo encontró un fulano en 1679 en el basurero de Egrikapi y, como no conocía su valor, se lo cambió a un joyero por tres cucharas. Podría ser la misma gema que en Francia se conoce como el diamante Pigot, lucido en ocasiones por la madre de Napoleón, aunque no me atreveria a asegurarlo
Volvamos momentáneamente a Estambul, una ciudad que ejerce una especial fascinación sobre el aventurero, al que podemos ver en la imagen con la mirada perdida mas allá del Bosforo, acaso atisbando misterios por desentrañar en las lejanas tierras de Asia. Permitidme que os cuente una historia que le aconteció a Nasreddin Hodja, un escribano procedente de una ciudad llamada Aksehir, en Turquía central. En el tiempo de Temur, para evitar los altercados, el Sultan prohibió portar puñales o armas cortantes. Un día, los soldados cogieron Hodja con un gran cuchillo. El soldado le gritó. - Usted no sabe que no se permite llevar cuchillos? - Pero lo utilizo para raspar mis errores en los libros - Y por qué su cuchillo es tan grande? - Mis errores son grandes!
TORRE DE LA DONCELLA A unos 200 mts de la costa de Üsküdar, sobre una islita que ha servido de fortificación, lugar de cuarentena y puesto aduanero, aparece una de las señas de identidad del Bósforo: Kiz Kulesi o Torre de la Doncella. El origen del nombre procede de una leyenda que cuenta como un emperador de Bizancio recibió la profecía de que su hija moriría por la mordedura de una serpiente. Para evitar que se cumpliera el negro presagio envió a la doncella a esta isla en mitad del Bosforo. Pero ¡Ay, amigos! Su destino estaba ya escrito: Una cesta con fruta llegó a la isla y en su interior estaba la serpiente que cumplió la profecía.
El 29 de mayo de 1453 Mehmed II, el conquistador, entra a Constantinopla por esta puetra. Ese mismo momento marca el Final de la Edad Media
A mediados del siglo XV los turcos osmanlies son dueños de los Balcanes, Anatolia y el Bósforo. Solo Constantinopla se resiste. En 1422 la ciudad repele una invasión turca, pero 30 años mas tarde, el sultán Mehmed II decide que todo esá preparado para acabar con el simmbolo de la cristiandad oriental.
Occidente abandona la ciudad a su suerte. Apenas 700 genoveses llegan como refuerzo de los 17.000 defensores, frente a los 250.000 otomanos atacantes: El sitio y los asaltos se suceden a partir del 2 de abril de 1453. El emperador, Constantino XI Dragases, muere durante la batalla, mientras muchos venecianos y bizantinos se pasan a las filas enemigas. La flota turca es trasladada por tierra para evitar la gigantesca cadena del Cuerno de Oro y atacar desde el agua los puntos mas debiles. Se abren varias brechas en las murallas de Teodosio, pero durante las noches reconstruyen las defensas. El sultán envia miles de soldados turcos a una muetre segura al pie de la muralla con la intención de nivelar el terreno, rellenando los fosos con los cadaveres de su propia ejercito.
Por fin, los otómanos toman Constantinopla el 29 de mayo y masacran a toda la población. Mehmed II, el conquistador entra en la ciudad, concede a la tropa tres dias para saquear la ciudad, según costumbre aceptada, y pasa una página en la historia. Ya en el palacio, caminando por las desoladas salas, masculló algunos versos de un poema persa:
Según la leyenda Zeus, el dios de todos los dioses, se enamoró de Io, una joven de Argos y sacerdotisa del templo de Hera. La diosa Hera (mujer de Zeus) se enteró de la infidelidad de Zeus y se mosqueó bastante. Zeus, que le tenía a Hera mas miedo que a un nublao, le juró que no había sido infiel y para convencerla convirtió a Io en una ternera y se la regaló. Hera la confió entonces a la custodia de Argos, el gigante con cien ojos. Pero Zeus mandó a Hermes para que matara a Argos, y así lo hizo. Esta vez Hera envió un tábano para seguir a Io. Las picaduras del tábano hicieron huir a Io atravesando el estrecho que separa Europa de Asia, y desde entonces este lugar se conoce con el nombre de Bósforos, que significa paso para un buey.
Estambul es una ciudad única en el mundo. Esta afirmación, que puede parecer fruto del entusiasmo del fácilmente impresionable aventurero, ha sido constatada a lo largo de los tiempos por todo el que se ha pasado por allí. Durante mil años ha sido el centro del mundo, como capital de dos imperios totalmente diferentes. Es la única ciudad del mundo que se asienta sobre dos continentes y conecta dos mares. El Bósforo es el estrecho de 35 kilómetros que separa la parte Europea de la parte Asiática de Estambul y une el mar de Marmara (sur) con el Mar Negro (norte). Oriente y occidente cara a cara.
Aun hoy este estrecho conserva toda su importancia geoestratégica porque hace la conexión naval entre los antiguos países de Unión Soviética y el resto del mundo, a través del Mediterráneo. El tráfico de buques es intenso y los petroleros se cruzan con los pequeños barcos públicos que hacen el transporte de la población de ambas partes de la ciudad.
En 1566 el gran Mimar Sinan construyó, sobre los antiguos baños bizantinos de Zeuxxippus, este hamam para la segunda esposa de Solimán, Roxelana, literalmente “la rusa”, debido a los orígenes que se le atribuían.
"Suleyman el magnífico", hijo de Selim I, el cruel, fue el Sultán más rico y poderoso del imperio otomano. Extendió sus dominios desde Bagdad hasta Hungría a Península arábiga, Persia, lo Cárpatos... Reconstruyó los muros de Jerusalén. Expulsó de la isla de Rodas a los Caballeros de Malta. Tomó Trípoli, Belgrado y llegó hasta las puertas de Viena haciendo temblar a toda la cristiandad.
Pero tenía un punto débil: Roxelana. Ella era una esclava ucraniana de gran belleza que probablemente fue capturada en el Cáucaso y comprada en el mercado de esclavas para el harén del sultán. La conoció al comienzo de su reinado y, dejando de lado a las otras mujeres de su harén, la convirtió en su favorita y su esposa, algo inaudito hasta entonces. Llegó a tener una influencia extraordinaria sobre el sultán, consiguiendo cuanto le proponía: el exilio de sus hijos, la ejecución del Gran Visir...
El italiano Bassano, que era paje en el palacio en aquella época, fue testigo de esta pasión: “Él le manifiesta tanto amor y confianza que todos sus súbditos, extrañados, comentan que ella lo ha hechizado y la llaman Cadi, o sea la Hechicera”
El emperador Justino I planeaba asesinar a Justiniano, su sobrino y heredero, cuando, en sueños se le aparecieron los santos Sergio y Baco, mártires y patronos del ejercito romano, intercediendo por la vida del sobrino. En agradecimiento Justiniano dedicó a estos santos una iglesia que sería el modelo que diez años mas tarde se seguiría para la construcción de Santa Sofía.
Tambien se le llama la mezquita de Hüseyin Aga, ya que bajo el ábside está enterrado el hombre que convirtió esta iglesia en mezquita, Hüseyin Aga, jefe de los eunucos negros de Bezayit II .
"Por donde quiera que gire, veré la faceta de Alá", dice el versículo coránico que inspira a los derviches. Estos sufis, discípulos de la orden de Mevlana, pretenden encarnar la rotación de los planetas mediante una danza rotatoria, que les conduce al extasis místico. Los danzarines, despojados de su naturaleza, giran alrededor de un centro representado por el maestro (sheikh) repitiendo simbólicamente la ronda de los astros alrededor del sol. La posición de las manos, una hacia el cielo y la otra hacia la tierra, hace de ellos un umbral entre lo material y lo espiritual, un canal de conexion con el Universo.
El Pera Palace, el mas legendario de los hoteles de Estambul, fue inaugurado en 1882 para alojar a los viajeros del famoso Orient Express... el Sha Riza Pehlevi, el Rey de Inglaterra Eduardo VIII, el Rey de Bulgaria Ferdinando, el presidente de Yugoslavia Tito, Jackheline Kennedy, Giscard D'Estaing, Josephine Baker... La habitación 10 fue ocupada por Atatürk. Greta Garbo se alojó en la 103, Ernest Hemingway prefería la 218; la de Mata Hari era la 401 y la 304 estaba reservada para Sarah Bernhartdt.
Agatha Christie escribió su Asesinato en el Orient Espress en la 411, y tal vez en esa habitación quiso depositar su último misterio: El 7 de marzo de 1979, la vidente estadounidense Tamara Rand conectó vía güija con el espíritu de la escritora, en una sesión con el más allá retransmitida por distintas televisiones de EE.UU. Agatha Christie, desde ultratumba, le desveló que la llave del baúl que contenía su diario personal estaba escondida bajo el suelo de su habitación en el lujoso hotel de Estambul.
Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.
En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.
Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.
Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.
Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.
En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.
Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.
Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.
Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.
"En mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo..."
"En mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo..." comenzaba sus alocuciones el capitán Tan, sea cual fuera el tema de conversación. Inmediatamente sus interlocutores (especialmente el tío Aquiles, inolvidable Miguel armario) dejaban de prestarle atención, sabedores del escaso interés de sus anécdotas.
¿Tendré acaso yo mejor acogida con mis sucedidos? ¿quien soy yo para compararme con el legendario capitán, pionero de los grandes exploradores?