sábado, 28 de abril de 2012

Gluck & Pat



En el museo de Briones, después de la visita y antes de la comida, nos ofrecieron una cata de vino, amenizada por un duo singular de violonchelo y guitarra eléctrica. Gluck y Pat nos deleitaron con su variado repertorio, un espectro que abarca desde Bach hasta Jaco Pastorius.


Y alli estabamos todos los cuadernistas, dibujandoles como posesos. Aquí podeis ver algunas otras versiones.

Lo de OBSTANTO PROMOVES era una incripción que aparecía en el sacacorchos Hensall, el primero patentado, registrado en Gran bretaña en 1795. La incripción viene a decir mas o menos, "mnteniendote firme, avanzas". Como muy taoista, no?

jueves, 26 de abril de 2012

Briones

Este finde he estado en Logroño en un encuentro de gente que dibuja cuadernos de viaje. Este movimiento tiene un nombre que a mi me resulta impronunciable, Sketch Crawl.
 Me resultó muy estimulante conocer a otros que hacen lo mismo que yo (aunque lo hagan mejor) y saber que no estoy solo en el universo mundo.

Estuvimos visitando el Museo del vino de Briones, enoteca que, aparte de la mayor colección de sacacorchos del mundo, con mas de 3000 ejemplares expuestos, cuenta  con una impresionante colección de pintura y muchas piezas diversas, relacionadas con el néctar de la uva, como este lagar valenciano, gigantesco y totémico, casi sagrado.

Con todo, lo que mas interesante me resultaba era ver a todos aquellos francotiradores artísticos, hermanos en una misma pasión, dibujando compulsivamente cada objeto, cada rincón.

 

martes, 24 de abril de 2012

Elizondo


"Yo, señor, he nacido en Elizondo, en el Valle de Baztán. Me llamo don José Lizarrabengoa. Usted conoce mi tierra lo bastante como para sacar por mi apellido que soy vasco de origen y de sangre, y cristiano viejo. Si antepongo el don a mi nombre no es por presunción ni por antojo, sino por derecho de bien probada hidalguía. En mi casa de Elizondo podríais revisar el pergamino de mi linaje".

(Próspero Merimée, "Carmen", capítulo III).

viernes, 20 de abril de 2012

sirena

El motivo central del escudo de Bertiz Arana es una sirena que en una mano sotiene un espejo y en la otra un peine. Este motivo se repite tallado en la tipica piedra roja en  cada fachada de esta zona, tan afecta a las hidalguías y jactancias nobiliarias.
Hago algunas rapidas indagaciones (leo un folleto) y aprendo que este escudo nobiliario fue concedio por el rey navarro Carlos III, el Noble, en 1421 a Mitxeto de Bertiz, fundador del señorio.
 Al parecer el monarca había encargado una delicada misión diplomática al tal Mitxeto, en la que debía declinar la envenenada invitación del rey de Francia, el de Inglaterra y el Duque de Borgoña, que pretendian incluir al en alejadas contiendas solo a aquellos interesantes. El señor de Bertiz consiguió salir airoso de la encerrona, y en reconocimiento a su cintura el rey le otorgó estos distintivos heráldicos.

Y es que las sirenas simbolizan la seducción y atracción persuasiva, tal y como se las muestra en la Odisea intentando arrastrar a su conveniencia a la tripulación de Ulises.

lunes, 16 de abril de 2012

Reparacea

Todas las casas antiguas de Oieregi siguen el curso del río, ya que en la antiguedad eran molinos y ferrerías hidráulicas, por eso los nombres de las casas, estás ligadas a este oficio. Matxikoterena Bertiz era la casa del dueño de la ferrería. El caserío más cercano se llama Arotxena (la casa del herrero), la anterior si Matxindericena (el Matxin era el peón de la ferrería).

 La última casa es Reparacea, que puede significar Erre Barazea (huerta de humo), en ese caso sería donde los despojos de las ferrerías se vertirían. Por aquel entonces solo era un caserio mas, pero sus propietarios abandonan sus molinos, para ir a las Américas, y a partir del siglo XVIII regresan y lo trasforman en un lustroso Palacio.

 A principios del XIX pasa por alli un ingles aficionado a la pesca del salmón y devuelve el esplendor a Reparacea. La reina Maria Cristina, Valle Inclan y Pio Baroja, se han alojado en sus habitaciones y Julio Caro Baroja habla sobre la historia del palacio en su libro “Sobre la casa, su estructura y sus funciones”. Al lado, un puente medieval de un solo arco atraviesa estilizado el Bidasoa y da paso al Señorio de Bertiz. Tanto el Palacio Cabo de Armería Reparacea, como el puente de Oieregi han sido declarados Monumentos Culturales de Navarra.

 

viernes, 13 de abril de 2012

Bertiz


Nos hemos alojado estos dias en el Hostal Bertiz, situado en Oieregi, al borde del señorio de Bertiz.

El Hostal está en el caserio Matxikotena, de unas proporciones colosales, como se estilan en esta zona, por influjo de los indianos que volvian de hacer las americas con la bolsa rebosante.

En Matxikotena nació Juan Miguel Bertiz, caballero de santiago, que ostentó en Mejico el cargo de Consul de Comercio y alcalde perpetuo del Palacio y Bosque de Chapultepec. Su sobrino, tambien nacido en Oieregi, Juan José de Bertiz, en 1715 pasó a Méjico de gobernador y capitán general del Yucatán, Cozumel y Tabasco. Casado con doña Violante de Salcedo. Entre otros hijos tuvieron a Juan José de Bertiz y Salceda, luego comendador de Puertollano en la Orden de Calatrava y más tarde Virrey de Buenos Aires. De la misma rama procedía Don Rafael de Bertiz, canónigo de la catedral de méxico y juez hacedor.
Todos estos Bertiz descendian de Matxikotena, "gentes feudales y andariegas, como lo fueron siempre los hidalgos de la montaña pirenaica".

Como deciamos, Matxikotena alberga actualmente el hostal Bertiz, atendido por Kariñe y Elvira con mimo y discreción. Un hospedaje recomendable para cualquiera que busque comodidad, tranquilidad  y mucho kariñe. Ah, y tienen unos ponys en el prado cuya misión principal es hacer de cortacesped

jueves, 12 de abril de 2012

Baztan


En mi cuaderno de dibujos he puesto BAZTAN como título, pero en rigor este viaje incluye una zona mas amplia. Hemos recorrido la Rivera del Bidasoa, Leizaran, Las Cinco villas de la montaña, Bertiz Arana y el valle del Baztan propiamente, aparte de los territorios del otro lado de la muga, por donde hemos vuelto. Acaso seria ms propio titularlo Pirineos atlanticos. Hago esta puntualización porque, al parecer, a ellos no les gusta que se les confunda. Y a uno de Bertiz le molesta que se le llame baztanés, y viceversa. En fin, típicas rivalidades entre colindantes.

Lo cierto es que toda la zona está regada por el mismo rio, que al principio es el Baztan y al llegar a Oronoz cambia subitamente de nombre para llamarse Bidasoa, y discurre bajo esta denominación hasta el Cantabrico, marcando la frontera con Francia.

En la imagen podemos ver dicho rio, Bidasoa en este tramo, discurriendo bajo un robusto puente medieval en el pueblo de Sunbilla, captado desde el punto exacto donde abrimos nuestra cesta de picnic y nos zampamos unos calabacines rebozados.

miércoles, 11 de abril de 2012

Lesaka


He estado estos dias haciendo una ruta por el norte de Navarra y un poco por Iparralde, y quiero comentaros cuanto por alli he visto y oido.

Empezamos el recorrido en Lesaka, surcada por el rio Onin, que dibuja pintortescos canales por el centro del pueblo. Sobre los estrechos pretiles de sus orillas, danzan acrobáticos los ezpatadantzaris, en recuerdo del pacto que se firmó en el siglo XV para sellar la paz entre los barrios de la Villa.  Esta danza, la Zubigainekoa, se baila el dia de la festividad, que no es otro que el 7 de julio. Y es que en Lesaka se atreven, echaos palante que son, a competir con los sanfermines de la capital.

Los viejos del lugar todavía recuerdan a Orson Welles, que se vino hasta aquí a rodar su adaptación de Shakespeare Campanadas a medianoche. “La de cosas que hemos visto, mi señor,” rememora un personaje de la pelicula, y el pícaro Falstaff, interpretado por Welles le responde: “Y las que nos quedan por ver”


amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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