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viernes, 8 de enero de 2010

Tradición talmúdica

En las inmediaciones de Peter Luger, se asienta una de las colonias judias mas grandes de Estados Unidos. Cuando se construyó el puente de Willimasburg, a principios del siglo XX, gran parte de los ultraortodoxos abandonaron el Lower East Side de Manhattan y se establecieron al otro lado, en Brooklyn,

Rodeados de una zona de mayoría latina, los judios hasídicos conservan intacta su identidad. Su anacrónica indumentaria los hace facilmente reconocibles. Al atardecer pasean por el barrio con sus negras levitas y sus tirabuzones, ajenos al ajetreo de la metropolis, con una calma ancestral, heredada en la noche de los tiempos. Aferrados a sus tradiciones, los hijos de Israel deambulan por los suburbios de la Gran manzana, añorando la Tierra Prometida.


lunes, 4 de enero de 2010

Peter Luger

Sé que tras los excesos de las navidades, ahítos de manjares, no prestareis demasiada atención a una recomendación gastronómica.

Aun asi, debo hablaros del restaurante de Peter Luger. Se encuentra en una zona desangelada de Brooklyn, casi debajo del puente de Williamsburg. No se admiten tarjetas de crédito y el servicio es parco en atenciones.

Y sin embargo siempre está petado de gente procedente de remotos lugares. ¿a que se debe tanto éxito? A que sirven una carne excepcional, la mejor ternera de Nueva York.

Hay que decir que la carne de vacuno de EEUU es distinta a la del resto del mundo. Durante la Gran Depresión el Gobierno aprobó leyes en apoyo a los agricultores, obligando a alimentar al ganado con grano y cereales en lugar de con hierba. Como resultado una carne sensacional, dulzona y amarillenta y una autentica devoción por los asados.

La carta de Peter Luger es sencilla. Se puede elegir carne para uno, carne para dos, carne para tres o carne para cuatro. Si el numero de comensales es mayor se puede optar por un multiplo de los platos anteriores. Tambien ofrecen ensalada.

Cuando la revista Time out editó su guia de restaurantes concedió a Peter Luger la categoría de Mejor steak House de NYC. El año siguiente tambien y lo mismo el siguiente. Al de cinco años dejó de conceder el premio anual y anunció que solo lo reestablecería cuando no lo ganara Peter Luger. Hasta hoy.

martes, 15 de diciembre de 2009

Grandes ciudades

Los paralelismos entre bilbao y NYC no se reducen al Guggenheim.

La sede central de las Naciones Unidas parece estar en Nueva York a orillas de East River. Este mérito debería ser suficiente para considerar a la ciudad como capital del mundo. Sin embargo, no es cierto. El trozo de terreno que ocupa la ONU no es territorio americano (alli estan los únicos bares de la ciudad en los que se puede fumar) y New York City no es capital de nada. Ni del mundo, ni de Estados Unidos. Ni siquiera es capital del estado de Nueva Cork (La capital es un pueblillo llamado Albany)

Algo parecido le pasa a Bilbao que, pudiendo ser capital del mundo, no es ni siquiera capital de Euskadi, razón por la cual me tengo que desplazar diariamente a ese despoblado llamado Vitoria-Gasteiz, atravesando ventiscas y nevadas.


Que dura es la vida del funcionario aventurero!

viernes, 11 de diciembre de 2009

Guggenheim

El éxito alcanzado por el Museo Guggenheim de Bilbao despertó el olfato comercial de los neoyorkinos. Es habitual que las grandes ciudades tienden a copiarse entre si lo modelos de reactivación económica, asi que la Fundación decidió abrir una sucursal en Nueva York. Como en Bilbao el edifico había sido diseñado por el prestigioso arquitecto Frank Ghery, pensaron que tambien el de NYC tendría que ser un proyecto emblemático y se lo encargaron a Frank Lloyd Wright, uno de los arquitectos de mayor renombre en su tiempo.

Wright fue el principal exponente de la arquitectura orgánica, caracterizada por prescindir de los espacios compartimentados y por proyectar edificios abiertos al exterior mediante cubiertas planas y terrazas, con abundante luz natural e integrados en el entorno. Además, es relevante su uso innovador de los materiales y su visión para integrar los edificios en su entorno y en la naturaleza.

Creía firmemente en la importancia de la educación y fundó su propia escuela de arquitectura en su residencia de Taliesin (Spring Green, Wisconsin), donde formaba a sus alumnos en materias tan dispares como música, danza o escultura.

martes, 8 de diciembre de 2009

sobakoh


Debo matizar que lo manifestado en el post anterior tiene excepciones. No todos los establecimientos hosteleros tienen algún latino en su plantilla. Por ejemplo, en el restaurante japonés Sobakoh no creo que trabajara ninguno, porque en tal caso le hubiera explicado al propietario lo poco atractivo que resulta su nombre comercial para la clientela hispanohablante.

Por lo demas, preparaban una tempura exquisita.


viernes, 4 de diciembre de 2009

latinos


Los inmigrantes latinoamericanos han sido de los últimos en llegar, así que, a día de hoy, ocupan el escalafón mas bajo en el espectro laboral. De ahí que la hostelería esté plagada de hispanos, que a menudo trabajan para jefes italianos o irlandeses.

Esto que, sin duda, es una desgracia para los latinos, es una ventaja para el aventurero, poco dotado para los idiomas, que se pasea por el mundo con autosuficiencia lingüística. Prácticamente en todos los bares y restaurantes hay algún camarero que habla castellano y te evita que acabes pidiendo mollejas cuando lo que quieres es una tarta de manzana.

Como ejemplo os pongo el dibujo de un chicano que curraba en un burguer y tenia una peinado que ya lo quisiera Don King.


martes, 1 de diciembre de 2009

tennements


Desde el siglo XIX, el Lower East Side era el primer sitio donde se asentaban las grandes oleadas de los inmigrantes llegados desde Europa. Barrio mísero junto a los muelles, en unas pocas manzanas se hacinaban mas de 200.000 inmigrantes, sobre todo judios.

En la calle Orchard, cerca del Five Points donde luchaban los gangs of New york, de la Peículca de Scorsese, se ha levantado un museo que recrea las condiciones de vida de aquellos inmigrantes. Un homenaje a las vidas de todos aquellos que se dieron de bruces con el sueño americano. Atravesaron el océano en busca de fortuna y solo encontraron hambre y penuria.

Se trata del Tenement Museum. Los Tenement eran pequeños pisos compartidos por varias familias. El museo ha mantenido varios Tenement en el número 97 de la calle Orchard, tal y como eran, y ha reconstruido la experiencia de dos familias que lo habitaron en épocas distintas: Los Grumpetz, venidos de Alemania, y los Baldizzi, de Sicilia.

Natalie y Julius Grumpetz se establecieron allí en 1870 y allí tuvieron a sus cuatro hijos. En 1874, un año después de la gran depresión que sacudió America, Julius desapareció, de la noche a la mañana, sin dejar ni rastro y nunca mas se supo de aquel cortador de tacones para zapatos. Natalie tuvo que arreglarselas sola para sacar adelante a su prole.

Los Baldizzi llegaron en 1928 desde Palermo, y tambien les tocó vivir tiempos de mucha pobreza. La Ayuda Social Municipal les daba cajas de queso, en las que el marido después plantaba margaritas para animar a su esposa, que tanto añoraba los campos de Sicilia.


jueves, 26 de noviembre de 2009

Chinatown


En el dibujo la tienda mas antigua de Chinatown, Quong Yuen Shing & Co. Además de ultramarinos también servia de oficina de correos, prestamista para los emigrantes asiáticos y lugar de encuentro.

Muy cerca se reunían los Tongs, una especie de sociedades secretas dedicadas, en principio, a proteger los intereses de sus miembros, aunque en realidad manejaban todas las actividades delictivas del barrio. En 1870 ya controlaban la prostitución, el juego, la usura y los fumaderos de opio.

En 1924 la Guerra de los Tongs asoló Chinatown, con el enfrentamiento entre los Hip Sing y los On Leong que se disputaban el control de las calles. Durante cinco años abundante hemoglobina fluyó hacia las alcantarillas del bajo Manhattan

Actualmente los Tongs son asociaciones culturales y sociales que proporcionan auxilio a los recién llegados y los días festivos organizan larguísimas sesiones de estridente ópera china.


domingo, 22 de noviembre de 2009

Central park

En el año 1929, desde un escenario de Broadway, Groucho Marx analizaba la crisis económica con reflexiones que hoy resultan de rabiosa actualidad: "Yo no entiendo mucho de economía, pero sé que cuando los neoyorkinos alimentan a las palomas de Central Park la cosa va bien, pero cuando son las palomas de Central Park las que alimentan a los neoyorkinos hay que empezar a preocuparse"

jueves, 19 de noviembre de 2009

Zona 0


Tal que el 11 de septiembre bajamos hasta la zona cero. Se cumplían ocho años desde que dos aviones secuestrados derribaron la torres gemelas del World Trade Center, dejando una huella de devastación en la ciudad como no habia conocido en toda su historia.

Allí sigue sin haber nada, solo grúas y un inmenso agujero rodeado por un alta valla, como para ocultar a los viandantes el contorno de la devastación.

Llueve intensamente y un viento implacable azota la mañana, acentuando el dramatismo de los actos de duelo. Tristes melodías interpretadas por una banda de música del Cuerpo de bomberos, en uniforme de gala, inundan el aire de solemnidad, mientras familiares y allegados leen en público la lista de todas las victimas en un intento vano de rescatar sus nombres del olvido.

Unos manifestantes llevan unas pancartas que dicen “The 11/S was a inside job”


lunes, 16 de noviembre de 2009

San Gennaro





La mejor época para visitar Little Italy es mediados de septiembre, cuando se celebran las fiestas de San Gennaro, el santo napolitano que licua su sangre cada año.

Es una celebración popular y verbenera, muy del gusto del aventurero.


Sacan al santo en procesión, y los parroquianos recubren su manto con piadosos dólares. En los puestos de comida brillan las manzanas de caramelo junto a montañas de salchichas del grosor de un brazo. El olor de la fritanga embriaga todos los sentidos.

Entre las casetas de tiro de temática variada, destaca esa en la que cuando se acierta a una diana, se acciona un mecanismo que hace caer a un payaso en un tanque de agua gélida.

Y las atracciones de feria son de traca. Había incluso un carromato en el que se exhibia a la Niña-cocodrilo, burdo hibrido de humano y lagarto, que aguantaba con estoicismo las preguntas de los borrachos.

En fin, como una fiesta de pueblo de los años sesenta pero en el centro de Nueva York.


viernes, 13 de noviembre de 2009

Little Italy


Little Italy está siendo progresivamente devorada por Chinatown. Los chinos han desplazado a casi todos los italoamericanos, que se han ido trasladando a otras zonas mas periféricas, refundando sus comunidades en Brooklyn y Queens. Actualmente Little Italy se reduce a las calles Mulberry y Bleecker, donde todavía quedan un puñado de buenas pizzerías y trattorias.

Aunque algunos de estos ristorantes los regentan orientales, el barrio todavía conserva un poco de ese sabor napolitano, y cuando miras hacia las azoteas no te cuesta imaginar a un joven don Vito Corleone tratando de prepararle una emboscada al viejo capo de la mafia local.

Precisamente hasta hace pocos muchos años se paseaba por Little Italy Vincent Chin Gigante, un esquizofrénico vestido con pijama y gorro de lana, hablando solo y boxeando con su sombra. Los turistas no podían sospechar cuando se cruzaban con este tonto del barrio que era el hombre que dirigía personalmente el clan Genovese, la familia mafiosa más sanguinaria de Nueva York. Durante años se hizo pasar por loco y le funcionó hasta que en 2002 fue detenido y reconoció todo el montaje ante la fiscalía.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

El rey Kong

De las muchas imágenes memorables que nos ha ofrecido el Empire State, ninguna tan fascinante como la de King Kong encaramado en lo alto de su estructura derribando aviones como si fueran insectos.

El enamoradizo simio arrancado de las junglas protohistóricas de la Isla clavera, encuentra serios problemas para adaptarse a la civilización.
Rompe sus cadenas, recoge a su chica y se refugia en las alturas, en lo que entonces era el techo del mundo. Alli, cerca de las estrellas, se siente seguro, pero entre la artilleria aerea y las reticencias de la bella acaban derribando a la bestia.

Al respecto Enric Gonzalez cuenta una historia graciosa: En 1983 para celebrar el cincuenta aniversario del estreno de la película, un empresario californiano especializado en fabricar muñecos hinchables ofreció a los propietarios del Empire construir un King Kong de plástico de 40 metros, pagando él mismo los 100,000 $ que costaría, a cambio de la publicidad que iba a suponer.

El dia del evento la lona del muñeco se rasgó con el viento y se desinfló. El gigante se quedó como un colgajo negro bamboleandose y rompiendo cristales y ventanas con las sacudidas del viento, mientras los aeroplanos contratados dieron unas vueltas alrededor del trapo, sin saber muy bien que hacer, lo que debió dar mas sensación de fiasco al espectáculo.

Al final esta burda réplica infringió mas daños al edificio que los que causaba en la ficción cinematográfica y el coste de las reparaciones superó con mucho el presupuesto de la película.

martes, 10 de noviembre de 2009

desconocidas



Precisamente en el Meat packing district nos cruzamos con estas chavalotas. No tenemos ni idea de quienes eran pero debian ser famosillas porque tenian una nube de paparazzis alrededor. Yo me sumé a los profesionales y les tiré una foticos, mientras la aventurera suspiraba "ya está éste otra vez".
Teneis idea de quienes pueden ser? Os suenan de algo?

domingo, 8 de noviembre de 2009

El Distrito de la carne


Una zona que se ha puesto muy de moda es el llamado Meat packing District, al oeste del Grenwich Village, a orillas del Hudson.

Hasta hace muy poco había allí más de 200 mataderos, desde donde se repartía la carne a los restaurantes y carnicerías de la ciudad y alrededores. Además había unos cuantos antros propios de los suburbios portuarios, frecuentados por prostitutas, matarifes y nocturnos irredentos. Las drag queens se apostaban en las esquinas oscuras y las ratas llevaban una opulenta existencia gracias a los despojos cárnicos que iban arramplando.

En los últimos años la zona ha experimentado un cambio radical. Aun quedan treinta y tantos empaquetadores de carne, pero ahora conviven con las tiendas de moda más caras y los diseñadores más exclusivos, Stella McCartney, Lucy Barnes o Alexander McQueen, y unos cuantos restaurantes clubs de demasiado postín. Las botas encharcadas de sangre de los matarifes resuenan en los mismos adoquines que los tacones rojos de los Louboutin de las top-models. Un barrio de contrastes excesivos, al que yo no acabé de pillarle la gracia.

Lo que sí me gustó fue una especie de jardín recién inaugurado, que discurre sobre la antigua vía de una línea de metro elevado. Entre otros muchos detalles, habían puesto tumbonas para que la gente pueda tumbarse un rato al sol, infraestructura que yo aproveché para echarme una siesta de Padre nuestro y orinal.


jueves, 5 de noviembre de 2009

The Flatiron

El trazado transversal de Broadway deja curiosos edificos en las esquinas, al cruzarse con las avenidas. Uno de los mas emblemáticos es el Flatiron, en el cruce con la calle 23 y la 5 avenida, que surge como una afilada proa de barco, apuntando hacia Times Square.

Su verdadero nombre es el Edificio Fuller, pero todos lo conocen como el Flatiron, por su parecido con una plancha. Construido en 1903 por el arquitecto Daniel Burnham, de la escuela de Chicago, alcanza los 87 metros de altura y su fachada sigue las proporciones de las columnas griegas clásicas. Un siglo después de su construcción, el Flatiron sigue siendo un hito arquitectonico.

La forma aerodinámica del edificio tuvo tambien un efecto perverso: cambió el curso de los vientos en la zona produciendo un efecto chimenea. A menudo la policía tenia que expulsar a los mirones que se apostaban en la calle 23, porque el viento levantaba las faldas de las mujeres que pasaban y dejaba al descubierto, en toda su plenitud, sus excitantes tobillos. Con el tiempo se extenderia el término “hacer la 23” para denominar a las practicas de voyeurismo.

Yo mismo fui varias veces desalojado de la zona por las fuerzas del orden. “Tu, flatirón, vete a hacer la 23 en otra parte” me decian. Hasta que descubrí la Semana de la moda.


martes, 3 de noviembre de 2009

Broadway!

Moverse por Manhattan es bastante fácil, gracias al trazado rectilineo del mapa. Una docena de avenidas recorren la isla longitudinalmente de norte a sur, con el eje central de la 5ª que divide el este y el oeste. Y en perpendicular las calles, que atraviesan la isla a lo ancho, siguiendo una numeración correlativa desde Houston hasta la ciento y pico en Harlem. Cada ocho calles o así hay una mas ancha con doble sentido de circulación.

Broadway, una de las pocas calles que rompen la cuadricula, les salió torcida. Y es que Broadway sigue el serpenteante trazado de un sendero de caza de los indios algonquinos, los mismo que les vendieron Manhattan a los colonos holandeses por 24 dólares. En aquella época los castores abrevaban en Times Square y los pumas acechaban en los bosques de Harlem. Poco que ver con el bullicioso Broadway actual, plagado de teatros y luces de neon. Es el reino del music hall, con obras que llevan decadas en cartel. "There is not business like show business”.


Por esos escenarios han pasado Orson Welles, Katherine Hepburn, Judy Garland, James Dean, Paul Newman, Dustin Hoffman, Antonio Banderas, Yul Brynner. Todos los grandes actores han querido sentir el calor de los aplausos en directo, y que mejor sitio que Broadway para probarlo.

viernes, 30 de octubre de 2009

Edificio Dakota

En 1880 cuando Edward Clark, el dueño de las maquinas de coser Singer, decidió construir un bloque de apartamentos eligió el Upper West Side de Manhattan, en lo que ahora es la calle 72, junto a Central Park West. En aquella época aquello debia ser un descampado tan remoto, que un amigo le comentó “para eso podias hacerlo en el estado de Dakota”, asi que el edificio se quedó con el nombre de Dakota. La extraña escultura de un indio en la fachada celebra la ocurrencia.

Quizas sea este indio el que atrae la maldición hacia el hombre blanco, pero lo cierto es que en este el edificio se han repetido sucesos trágicos y misteriosos durante toda su historia.

Boris karloff, uno de sus celebres inquilinos organizaba frecuentes sesiones de espiritismo, y el dia que murió los vecinos tuvieron que abandonar el edificio porque se movian hasta los lavabos. Por aquellos tiempos tambien lo frecuentaba el conocido brujo Aleister Crowley, que organizaba alli rituales satánicos en los que convocaba a las fuerzas más oscuras de la naturaleza.

Algo de eso debía saber Polanski cuando eligió el Dakota para rodar Rosemary´s baby (la semilla del diablo), una de las películas de terror mas perturbadoras de todos los tiempos. En una escena hace una breve aparición Sharon Tate, la mujer de Polanski. Poco después del estreno, Sharon, en avanzado estado de gestación, y otros cuatro amigos fueron salvajemente asesinados por Charles Manson y su lisérgica familia.


Pero seguramente el suceso mas famoso sucedió el 8 de diciembre de 1980, cuando Mark David Chapman espero a las puertas del Dakota a Jonh Lennon, que horas antes le habia firmado un autografo, y le pegó cinco tiros dejandole mas seco que la mojama. Curiosamente y como para cerrar el círculo, uno de los personajes que aparecen en la portada de Sargeant Peaper, el disco de los Betales, es Aleister Crowley, el famoso satanista que organizaba sus misas negras en el Dakota. Que movida ¿no?


miércoles, 28 de octubre de 2009

McSorley



En la calle 7, entre las Avenidas Segunda y Cooper, rodeado del vecindario estudaintil del East Village, se encuentra la taberna McSorley que pasa por ser la mas antigua de NYC.

La abrió en 1854 un irlandés llamado Jonh Mc Sorley y desde entonces apenas ha experimentado ningún cambio. Sigue en manos de la misma familia y parece que a ninguno de ellos les molesta el polvo y el serrín acumulado durante un siglo y medio. La única novedad es que recientemente se ha añadido un WC para mujeres, instalación innecesaria hasta 1970, año en que el saloon levantó el veto a la presencia femenina.

Una de las características más sorprendentes del local es que te sirven el doble de lo que solicitas. Si pides un whisky te sacan dos. Si pides tres cervezas te sacan seis. No me preguntéis porqué, yo tampoco lo entiendo.

Una vieja tablilla de madera colgada entre las mugrientas fotografías que saturan las paredes resume la filosofía del viejo McSorley: “Be Good or Be Gone” (pórtate bien o vete), y me hace imaginar antiguas trifulcas tumultuarias, cortadas de raíz por los camareros arrojando por la ventana a los alborotadores ebrios entre el jolgorio general.

Otro cartel mucho mas reciente, con la foto de un gatito, anuncia triunfante a su clientela: “el pequeño Winny ya ha sido encontrado”.


viernes, 23 de octubre de 2009

Edificio Chrysler



El Chryler Building fue durante unos meses el edificio mas alto del mundo, hasta que el Empire State le arrebató el título. Pero sigue siendo el mas hermoso de todos, con sus 17 ascensores art decó, todos distintos, sus expresionstas aguilas de acero, su estilizada cúpula y su decoración imitando piezas de los coches

Y es que su promotor Walter Percy Chrysler era un magnate de la industria automovilística, aunque empezó de aprendiz en un taller del Union Pacific. Uno de esos self made man que tanto gustan a los americanos.

Quiso construir un templo a su vanidad en el centro de Manhattan, para lo cual contrató al joven arquitecto Willian Van Alen. Y quiso que su rascacielos fuera el que rascara los cielos a mas profundidad. Para conseguirlo tuvieron que engañar a la opinión pública y sobre todo al banco de Manhattan, que estaba construyendo un rascacielos de 47 pisos en Wall street.

Van Alen anunció que el edificio Chrysler tendría 68 plantas y mediría 270 metros. Inmediatamente el Banco de Manhattan y su arquitecto Craig Severance (antiguo socio y después enemigo declarado de Van Allen) modificaron su proyecto y lo ampliaron hasta 280 metros.

Pero Van Alen se guardaba un as en la manga. Habia construido en secreto una larga aguja, que mantenía oculta en el hueco de un ascensor. El 23 de octubre de 1929, una vez que se habia inaugurado el Manhattan bank (el proyecto final llegaba hasta los con 308 metros), Van Alen sacó su aguja de 27 toneladas y la coronó en el edificio Chrysler a 318 metros de altura. De esta manera se convirtió en el edificio mas alto del mundo. ¡Chupate esa, banco de Manhattan!

Al dia siguiente ningun periodico reflejó la noticia. El repentino desplome de la bolsa de Wall street que arruinó a medio mundo acaparó todos los titulares.


amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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