jueves, 28 de enero de 2010

Santa Sofia

El edificio más significativo de Constantinopla, y de todo el Imperio bizantino, es la iglesia –mas tarde mezquita y hoy museo- de Santa Sofía, levantada alrededor del año 500, en tiempos de Justiniano. El emperador, sobrecogido ante la apabullante construcción, murmuró: "Salomón, te he vencido", convencido de haber superado el mítico templo de Jerusalén.

Lo más sorprendente de la iglesia es su cúpula de 31 metros de diámetro cuyos empujes se contrarrestan con dos bóvedas de cuarto de esfera que descansan en otras bóvedas y unos muros de un espesor descomunal. Este reparto de presiones dota a la construcción de una sensación de ligereza inigualable, acentuada por los dos pisos de arquerías que se hallan bajo los arcos formeros de la nave. A partir de este modelo constructivo se levantarían las grandes mezquitas muchos siglos después. De hecho hasta mil años mas tarde no se logró superar el tamaño y la altura de su cúpula.

El aventurero quedó de tal manera prendado por ese inconmensurable espacio que apenas acertó a decir “Salomón, menuda goleada te ha metido Justiniano”.

miércoles, 27 de enero de 2010

palíndromo


me se ha ocurrido este palíndromo

Al alba halle aroma y amor ¡A ella háblala!


lunes, 25 de enero de 2010

El Haren


Tal vez la parte del palacio de Topkapi que más turistas atraiga sea el famoso Harén, un lugar que siempre ha despertado fascinación entre los occidentales.
La palabra Harén en árabe significa “prohibido”, y algo de prohibido y misterioso sigue teniendo el lugar, aunque en la actualidad se acceder mediante una visita guiada. El Harén de Topkapi está formado por un laberinto de amplias salas y angostos pasillos cubiertos de espectaculares azulejos.

El sultán era el único hombre que tenía acceso a esta zona del palacio, residencia de las esposas, concubinas e hijos del sultán, celosamente custodiada por los eunucos negros. Las jóvenes vírgenes admitidas en el harén imperial provenían del botín de guerra, de regalos de cortesanos o habían sido adquiridas en los mercados de esclavos.

Estas mújeres debían dedicar sus vidas a agradar al sultán y proporcionarle los mas refinados placeres. El resto del tiempo lo pasaban en esta jaula de oro, dedicadas a cuidar su belleza y su cuerpo, a la elección de telas y los perfumes. Tambien proliferaban los filtros y talismanes, las nigromancias y las artes mágicas, para intentar ser la favorita entre las favoritas.

De entre las jóvenes saraylis el sultán elegía a las tres mas bellas e inteligentes y les concedía los títulos de Primera, segunda y Tercera Concubinas Oficiales o kadins. Se sucedían en el rango y en el turno de noche, nöbet gecesi, en su dormitorio. Las ikbal eran las favoritas porque habían proporcionado al sultán hijos varones. Tras las esposas ocupaban el grado jerárquico las privilegiadas, gediklis. Un grupo seleccionado del Harén eran las elegidas, gözde, “en el ojo” del sultán. Las ustas y las kalfas ejercían como doncellas en distintos grados y la mas vieja de ellas, kâhya kadin, supervisaba y oficiaba como celestina, mediadora entre el harén y el sultán.


viernes, 22 de enero de 2010

Testamentaría



Una noticia que ha aparecido en la prensa estos dias y que me ha divertido sobremanera: Un millonario menorquin lega toda su fortuna a los principes de Asturias y a los nietos del Rey.

Al parecer la fortuna del finado, Juan Ignacio Balada Llabrés, está formada por fincas rústicas y urbanas, valores inmobiliarios e inversiones en Bolsa y constituye la mayor fortuna personal de Ciutadella, que puede alcanzar varias decenas de millones de euros.

Fuentes de la Casa Real han precisado que los Príncipes no habían mantenido nunca contacto alguno con Balada ni sabian nada de él hasta que el albacea se puso en contacto con ellos hace unos días para comunicarles lo dispuesto en su testamento por el empresario.

Lo gracioso es la cara que se les habrá quedado a los familiares, allegados y causahabientes al escuchar el legado de su potencial benefactor, monárquico convencido, hemos de suponer. Podría haber legado su fortuna a las Hermanitas de la caridad o al fontanero, pero se la ha dejado a los príncipes, seguro que para joderles mas.

Me ha recordado una fantasía que contaba Luis Buñuel en sus memorias. El director aragonés imaginaba divertido su propio fallecimiento, tras el cual el notario designado citaba a la familia Buñuel para la apertura del testamento.

Así que se reunían en la notaría la desconsolada viuda, sus atribulados hijos y el resto de la descorazonada parentela. El fedatario público rasgaba el sobre y procedía a leerles las últimas voluntades del cineasta: “lego todos mis bienes, muebles, inmuebles y semovientes, y todo el dinero que tengo depositado en los bancos a … Reckefeller!”

lunes, 18 de enero de 2010

La fuente de los ejecutores


A la izquierda de la entrada principal del Topkapi hay una fuente que pasa inadvertida para el visitante apresurado. Parece un sencillo manantial, destinado a facilitar la costumbre musulmana de realizar abluciones antes de entrar en un recinto sagrado.

Pero su función era mas sombría: sus aguas servían para que el verdugo (que curiosamente ostentaba también el cargo de Jardinero Jefe) lavara su hacha tras las decapitaciones de los sentenciados por el Consejo Imperial. De ahí que se la llamara Cellât Çesmesi, o de los ejecutores.

Despues las cabezas eran expuestas en lo alto del muro. Algunos dias podian contarse por millares, dependiendo del humor del sultán. Asi que el trabajo de verdugo no digo yo que no tuviera sus compensaciones a nivel personal, pero su jornada laboral podia alargarse hasta las mil y monas. Y luego ponte a arreglar el jardín. No le quedarían ni ganas.

domingo, 17 de enero de 2010

El fugitivo

Hace unos días el Fugitivo del amor abandonó su crónica diaria, ofendido en su susceptibilidad por algún comentario, sin duda bienintencionado, de Cosmopolitana, y abatido por la irrecuperable pérdida de personas cercanas, como Ivan Zulueta y Eric Rohmer.

Esta deserción ha provocado un cierto revuelo en la red y ha levantado una oleada de protestas. El mismísimo crítico Larrauri, tan corto en palabras como en obras largo, ha conminado al fugitivo a recapacitar. Y la verdad es que era bonito abrir su página cada mañana, pensando “a ver por donde amarga hoy el fugitivo”, como decía Marina.

Pues bien, yo hoy quiero unir mi voz a esa vindicación y aprovechar esta tribuna pública para impeler la pronta reactivación del blog del fugitivo.
Si, ya sé. Ya sé lo que me vais a decir:

- que se pone demasiadas camisetas una encima de la otra, intentando vestir como un jovenzuelo cuando tiene mas años que la pana
- que la mayoría de la imágenes de su blog están robadas del archivo gráfico “Adolfo con celebrities”
- que entre tanta verborrea vacía lo único gracioso de son los aforismos de Desmon
- que no se ha leido los libros que recomienda
- en resumen, que el relato de sus andanzas aburre a un cactus

Pero yo os digo ¡No! Tenéis que darle una oportunidad. Solo hay que leer entre líneas, buscar la sabiduría oculta en sus palabras. Detrás de esa prosa seca y sarcástica, se esconde un cronista tierno y sagaz, que expone sus entrañas en cada entrada. El fugitivo es una de las mentes más lúcidas del ciberespacio. El azote de los bienpensantes, la voz que clama en el desierto.

Yo, a pesar del trato hostil que a menudo me dispensa, le tengo un gran aprecio. Por eso quiero pedirle que regrese. Qué digo pedir, le exijo que regrese, con el derecho que me da la sólida amistad que desde hace años nos une. Me atreveria a parafrasear a Machado para decir “mi soliloquio es plática con este buen amigo, que me enseñó el secreto de la misantropía”


jueves, 14 de enero de 2010

El Tesoro de Topkapi

El Palacio de TOPKAPI, construido por Mehmet II, el conquistador, en 1453, después de la conquista de Constantinopla, fue la residencia oficial del sultán durante tres siglos.

En la Sala del tesoro se encuentran las fastuosas riquezas, que durante ese tiempo fueron acumulando los distintos sultanes, entre las que no puedo dejar de mencionar:


- Un trono tachonado de perlas, regalo del Sha de Persia al sultán Mahmut

- Un pelo de la barba de Mahoma, traido del Cairo por Selim I

- La espada del rey David

- La celebre daga Topkapi, con incrustaciones de diamantes en la funda funda y enormes esmeraldas en la empuñadora

- La vajilla verdeceledon, de origen chino, de uso exclusivo del sultán porque cambiaba de color al contacto con el veneno

- El primer mapa del mundo dibujado por Piri Reis en 1513, uno de los grandes enigmas de la cartografía, pues incluye la Atlantida y un perfil completo del continente americano


- El famoso Diamante del Cucharero (Kasikçi Elmasi), el 5º mas grande del mundo con sus 86 kilates. Se lo encontró un fulano en 1679 en el basurero de Egrikapi y, como no conocía su valor, se lo cambió a un joyero por tres cucharas. Podría ser la misma gema que en Francia se conoce como el diamante Pigot, lucido en ocasiones por la madre de Napoleón, aunque no me atreveria a asegurarlo


miércoles, 13 de enero de 2010

grandes errores


Volvamos momentáneamente a Estambul, una ciudad que ejerce una especial fascinación sobre el aventurero, al que podemos ver en la imagen con la mirada perdida mas allá del Bosforo, acaso atisbando misterios por desentrañar en las lejanas tierras de Asia.

Permitidme que os cuente una historia que le aconteció a Nasreddin Hodja, un escribano procedente de una ciudad llamada Aksehir, en Turquía central.
En el tiempo de Temur, para evitar los altercados, el Sultan prohibió portar puñales o armas cortantes. Un día, los soldados cogieron Hodja con un gran cuchillo. El soldado le gritó.
- Usted no sabe que no se permite llevar cuchillos?

- Pero lo utilizo para raspar mis errores en los libros
- Y por qué su cuchillo es tan grande?
- Mis errores son grandes!

viernes, 8 de enero de 2010

Tradición talmúdica

En las inmediaciones de Peter Luger, se asienta una de las colonias judias mas grandes de Estados Unidos. Cuando se construyó el puente de Willimasburg, a principios del siglo XX, gran parte de los ultraortodoxos abandonaron el Lower East Side de Manhattan y se establecieron al otro lado, en Brooklyn,

Rodeados de una zona de mayoría latina, los judios hasídicos conservan intacta su identidad. Su anacrónica indumentaria los hace facilmente reconocibles. Al atardecer pasean por el barrio con sus negras levitas y sus tirabuzones, ajenos al ajetreo de la metropolis, con una calma ancestral, heredada en la noche de los tiempos. Aferrados a sus tradiciones, los hijos de Israel deambulan por los suburbios de la Gran manzana, añorando la Tierra Prometida.


lunes, 4 de enero de 2010

Peter Luger

Sé que tras los excesos de las navidades, ahítos de manjares, no prestareis demasiada atención a una recomendación gastronómica.

Aun asi, debo hablaros del restaurante de Peter Luger. Se encuentra en una zona desangelada de Brooklyn, casi debajo del puente de Williamsburg. No se admiten tarjetas de crédito y el servicio es parco en atenciones.

Y sin embargo siempre está petado de gente procedente de remotos lugares. ¿a que se debe tanto éxito? A que sirven una carne excepcional, la mejor ternera de Nueva York.

Hay que decir que la carne de vacuno de EEUU es distinta a la del resto del mundo. Durante la Gran Depresión el Gobierno aprobó leyes en apoyo a los agricultores, obligando a alimentar al ganado con grano y cereales en lugar de con hierba. Como resultado una carne sensacional, dulzona y amarillenta y una autentica devoción por los asados.

La carta de Peter Luger es sencilla. Se puede elegir carne para uno, carne para dos, carne para tres o carne para cuatro. Si el numero de comensales es mayor se puede optar por un multiplo de los platos anteriores. Tambien ofrecen ensalada.

Cuando la revista Time out editó su guia de restaurantes concedió a Peter Luger la categoría de Mejor steak House de NYC. El año siguiente tambien y lo mismo el siguiente. Al de cinco años dejó de conceder el premio anual y anunció que solo lo reestablecería cuando no lo ganara Peter Luger. Hasta hoy.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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