jueves, 28 de mayo de 2009

Kosher

Junto al rio, muy cerca de la Isola Tiberina, se encuentra el Ghetto judio de Roma. Duarante siglos, se apretujaban miles de hebreos en las escasas tres hectáreas que le correspondian al barrio, frecuentemente inundadas por el Tiber.

Una noche estuvimos por alli, pero un impresionante despliegue policial nos obligó a largarnos. Por lo visto se celebraba alguna fiesta judia en la sinagoga (quizas el Bar Mitzva) y todo el Mosad se había desplazado a la zona para impedir la presencia de gentiles. Y es que en esa misma sinagoga, en octubre de 1982, un atentado, atribuido a extremistas islamicos, mató un niño de dos años y dejó 40 heridos.


Otro dia volvimos por el Guetto, porque la verdad es que era un barrio bien bonito, con curiosas superposiciones constructivas. Cenamos comida Kosher, de acuerdo con los preceptos del Levítico. Solamente animales con la pezuña dividida y nada de cocinar el cordero en la leche de su madre. En la práctica, esta prohibición se tradujo en que no pudimos tomarnos el cortado después de cenar. Con lo bien que sienta un cafe macchiato...


martes, 26 de mayo de 2009

La Fuente de los Cuatro Rios


La huella de Bernini está presente por toda la ciudad. Una de sus obras mas conocidas es la Fontana delle quattro fiumi, en la Piazza Navonna. Esta fuente, esculpida en 1651 y rematada por un obelisco egipcio, contiene cuatro poderosos gigantes que representan a los cuatro grandes ríos:
El Ganges, el Danubio, el Nilo y el Río de la Plata.

El titán que representa al Nilo se tapa la cara con un paño, para expresar que en aquellos dias no se conocia el nacimiento de este rio. Tendrían que pasar muchos años antes de que el doctor Livingstone (supongo) se diera un chapuzón en las fuentes del Nilo.

Sin embargo, los romanos prefieren contar que las estatuas del Nilo y del Río de la Plata levantan sus brazos o tapan su cara, porque no quieren ver la vecina iglesia de Santa Agnes, o temen que se les derrumbe encima la fachada de este templo, que Bernini consideraba una aberración al arte, ya que habia sido construida por Borromini, su eterno rival.


Y es que estos dos no se podian ni ver. Bernini (1598-1680) venía de Nápoles y Borromini (1599-1667) de Lombardía; el primero había heredado la exuberancia propia de su tierra; el segundo, por el contrario, era introvertido y tenía mal carácter. Borromini dedicaría los últimos años de su vida a denigrar a su rival. Olvidado como artista y paranoico acabaría suicidándose. Bernini por el contrario fue muy famoso y prolífico en su época. Sin embargo, parece que hoy el prestigio de Borromini está en alza superando incluso a la de su gran competidor.

En cualquier caso, parece que hay que tomar partido. Cada cual debe elegir si prefiere a Bernini o a Borromini, porque no se puede ser de los dos, de la misma manera que no se puede ser a la vez del Lazio y del Roma.

jueves, 21 de mayo de 2009

Tu est Petrus

El puente de Sant´Angelo, anteriormente Pons Aelius o Puente de Adriano, decorado con diez esculturas de ángeles de Bernini. Este puente era, en tiempos de los romanos, el acceso al Castillo Sant Angello y después el paso natural de los peregrinos hacia el Vaticano.

Al fondo podemos distinguir el epicentro de la cristiandad: la basílica de san Pedro, levantada por el megalómano Papa Julio II sobre la tumba del apostol, y coronada por la majestuosa cúpula diseñada por Miguel Angel.

lunes, 18 de mayo de 2009

El Panteón

"El más bello recuerdo de la antigüedad romana es sin lugar a dudas el Panteón. Este templo ha sufrido tan poco, que aparenta estar igual que en la época de los romanos.”

Stendhal.









Esta apabullante construcción fue inaugurada por Adriano alrededor del año 128, aunque se conoce como el Panteón de Agripa, porque se levantó sobre un edificio anterior, como explica la inscripción exterior: M.AGRIPPA L:F: COS TERTIVM FECIT (”Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, lo construyó”)

En su origen fue un templo dedicado a todos los dioses romanos, y en verdad se diría que fueron los propios dioses quienes lo construyeron. Su cúpula, la mas grande jamas creada, mide 43 metros y está coronada por una oquedad de 8 metros, un gran ojo de cíclope que observa a los mortales desde la bóveda celeste.

Cuando el aventurero lo visita, una lluvia fina cae sobre Roma. Las gotas penetran por el ósculo cenital y mojan el piso sin llegar a anegarlo, ya que de manera imperceptible el agua se filtra por unos minúsculos agujeros, perforados en el pavimento de mármol de este espacio mágico.



jueves, 14 de mayo de 2009

Exposición

En vista de que lo de la copa no ha podido ser, habra que posponer lo de sacar la gabarra para otro año de estos.

En su defecto, el unico acontecimiento multitudianrio que nos queda es la inaguración de mi exposición. Mañana a partir de las 19h en la Kultur Etxea de San Miguel de Basauri y hasta el dia 29 de mayo. Bonitos dibujos de viajes para disfrutar de lo lindo.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Aupa Athletic!

Esta noche el Athletic ganará la copa y el viernes sacaremos la gabarra por la ria para celebrar. Al Barça le quedará el consuelo de ser el mejor equipo del mundo.

Asi que vamos a ir ensayando el Alirón ( o el ALL IRON que gritaban los ingenieros ingleses que vinieron a las minas de Bizkaia, cuando encontraban una buena veta de hierro)

lunes, 11 de mayo de 2009

Epalza viutae










Lo primero que visitamos en Roma fue la iglesia de san Carlo alle Cuattro Fontane, de Borromini, que nos pillaba cerca del hotel.

Después de admirar su delicada cúpula, volvemos la vista hacia abajo y descubrimos una inscripción en latin que venia a decir “este suelo fue donado por Doña Casilda Iturrizar, viuda de Epalza”.

¡Anda, la del parque de los patos! ¡El suelo fue donado por mi vecina! Si no fuera por ella seguramente caeríamos en socavón sin fondo.


Ya nos sentiamos como en casa.

jueves, 7 de mayo de 2009

Roma, citá aperta

Acabo de volver de Roma, la ciudad imperial, el caput mundi, la cabeza del mundo. Y paseando por esas calles empedradas, pensaba yo “no ha cambiado mucho desde la ultima vez que estuve, hace casi 30 años, pero sin embargo, cuanto ha cambiado esto desde que lo fundaron Rómulo y Remo”

Estos dos huerfanitos, abandonados en las aguas del Tiber y amamantados por la loba capitolina, eran descendientes de Eneas, y por tanto de la mismísima diosa Afrodita. Por eso los actuales romanos siguen pensando que por sus venas corre sangre divina.


Una vez emancipados de la loba, Rómulo y Remo levantaron una leve empalizada en un terreno y juraron que matarían a todo el que la atravesase. Un dia Remo, quizas enfadado porque ese terreno no se llamaba Rema sino Roma, tiró la valla de una patada para demostrale a su hermano la fragilidad de las defensas. Rómulo, fiel a su promesa, no se lo pensó dos veces y le mató.

Asi pues, Roma nace de un fratricidio. Este hecho lega a sus sucesores la enseñanza, tantas veces repetida a lo largo de su historia, de que cualquier excusa es buena para justificar el derramamiento de sangre, aunque sea divina.


domingo, 3 de mayo de 2009

Kiz Kulesi

TORRE DE LA DONCELLA

A unos 200 mts de la costa de Üsküdar, sobre una islita que ha servido de fortificación, lugar de cuarentena y puesto aduanero, aparece una de las señas de identidad del Bósforo: Kiz Kulesi o Torre de la Doncella.


El origen del nombre procede de una leyenda que cuenta como un emperador de Bizancio recibió la profecía de que su hija moriría por la mordedura de una serpiente. Para evitar que se cumpliera el negro presagio envió a la doncella a esta isla en mitad del Bosforo.

Pero ¡Ay, amigos! Su destino estaba ya escrito: Una cesta con fruta llegó a la isla y en su interior estaba la serpiente que cumplió la profecía.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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