viernes, 30 de octubre de 2015

Agii apostoli



No todos los edificios que se conservan en el Ägora proceden de la Grecia clásica. Por ejemplo la Iglesia de los Santos Apostoles es de estilo bizantino y  data de alrededor del año 1000 d.C. lo que la hace una de las mas antiguas de Atenas. Tiene planta de cruz griega,  frescos originales y ladrillos decorados con caligrafía cúfica.

 Dada su antigüedad y excelente estado de conservación se decidió conservarla, a diferencia de otras iglesias más recientes que se erguían en el terreno del ágora y que, durante las excavaciones, fueron demolidas sin contemplaciones.


miércoles, 28 de octubre de 2015

agora





A principios del siglo XX, excavando una profunda zanja para la instalación de la vía del ferrocarril en el  área situada al norte del Areópago y de la Acrópolis en una pequeña colina denominada «Agoreos kolonós», aparecieron restos de grandes esculturas de la Grecia clásica.

Ante la magnitud del descubrimiento, se demolieron  más de 360 casas modernas para  excavar el lugar concienzudamente. Salieron a la luz los restos de lo que fue el centro de la vida social, política y comercial de la ciudad en la antigüedad: El Ágora de Atenas. En este  lugar los atenienses se reunían para informarse, dialogar y, a menudo, criticar al gobierno. En este foro de libertad e intercambio de ideas se gestó la primera democracia de la Historia.

 En el ágora  se encontraban edificios administrativos, templos, servicios públicos, teatros, colegios, bibliotecas y pórticos, llamados «stoás» (de donde derivara la palabra estoicismo). Entre ellas destaca  la Stoa de Átalo, un edificio rectangular donado por el Rey de Pérgamo, donde se instaló en 1957 el Museo del Ágora Antigua.

También se localizaban en el Ágora ateniense los tribunales de justicia. Aquí se juzgó a Sócrates por sacrilegio, y se le condenó a muerte. Impertérrito, el filósofo bebió la copa de cicuta que se le había asignado, mientras comía y charlaba con sus amigos y seguidores. Después se retiró apaciblemente, a dormir la siesta eterna.



martes, 27 de octubre de 2015

keramikos


Al final de la calle Ermou se encuentra el espacio aqueológico de Keramikos. El arroyo Eridinos se inundaba constantemente, con lo que no se podria instalar alli un asentamiento estable. por esa razón se utilizó esta zona como cementerio desde antes de los tiempos clasicos. Son numerosos los monumentos funerarios como la tumba de Dexileo o la estela de Pánfilo.

Sien embargo estas crecidad del arrroyo depositaban unos sedimentos de arcilla, por lo que on el tiempo se instalaron alli los alfareros. la abundancia de ceramicas encontrada en la zona da nombre al keramikos.

Entre las numerosas piedras que yacen desperdigadas en el espacio, nos sorprende ver que algunas se mueven solas. la sorpresa se mitiga, aunque no del todo, al comprobar que estas ocas semovientes son el en realidad tortugas. 

jueves, 22 de octubre de 2015

hotel Grande Bretagne




Frente al Parlamento griego está situado el Hotel Grande Bretagne, en la misma plaza Syntagma. Es el mas emblemático de los hoteles de la ciudad, un cinco estrellas de origen decimonónico. Cuando los nazis ocuparon grecia, instalaron su cuartel general en el Grande Bretagne.
Unos años mas tarde, el 3 de diciembre de 1944, con los alemanes ya expulsados del país, Winston Churchill salio ileso de un atentado frustrado contra su vida, cunado unos explosivos ocultos en una tableta de chocolate se acercaron demasiado al primer ministro británico.
Al otro lado del detonador estaba un joven militante comunista, Manolis Glezos. Hoy, miembro del partido de Syriza, con 92 años, es el eurodiputado más veterano del Parlamento Europeo.

miércoles, 21 de octubre de 2015

evzones


Las avenidas que unen la plaza Omonia y la plaza Sintagma constituyen el eje central de Atenas. No en vano en la plaza Sintagma se situa el Parlamento griego, sede de la soberanía nacional .  

En su fachada principal se encuentra la Tumba del soldado desconocido. Sobre ella un mural que representa a un hoplita moribundo confortado por unas palabras de aliento, el epitafio que dedicó Pericles a los héroes muertos en la Guerra del Peloponeso, hacia el año 430 a. C.

Custodian el monumento los evzones, la guardia presidencial que, cada vez que se ejecuta el cambio de turno, realiza una extraña coreografía inspirada en el paso de la oca. Antiguamente estos evzones eran regimientos de elite del ejercito de infantería, y es que  su atuendo, compuesto por gorritos con coleta de seda, faldas plisadas y zuecos con borlas de lana, debían provocar grandes estampidas entre las aterrorizdas tropas enemigas.


martes, 20 de octubre de 2015

Competicion divina



Atenea y Poseidon se disputaron la soberanía de Atenas; Poseidón hizo brotar una fuente de agua salada. Por su parte atenea tocó una roca y en el instante creció un olivo. El jurado valoró que el olivo aportaria aceite, leña y sombra, mientras que una fuente hacía bonito, pero al ser de agua salada no valía ni para regar, En consecuencia dio la victoria a Atenea y, en su honor, la ciudad pasó a llamarse Atenas. Por su parte, Poseidón, que tenía muy mal perder, inundó la ciudad.

viernes, 16 de octubre de 2015

Atenas


El viaje por Grecia ha de empezar por su capital, Atenas. Cuna de la democraciapor estas colinas  se pasearon  en la antigüedad los mas grandes artistas y filósofos. 

El aventurero se siente transportado hasta las antiguas civilizaciones mediterraneas y se sumerge en la magia de esos grandes templos y majestuosas edificaciones que han perdurado en el tiempo. Extraños delirios provocados por el citomegalovirus. 

miércoles, 14 de octubre de 2015

Grecia Antica


Disculpad esta prolongada ausencia, queridos seguidores de viajes morrocotudos (si es que existís)

He estado viajando por Grecia. Atenas y Creta. Como Ulises,  he vivido innumerables aventuras en el viaje. Pero ya ha llegado el momento de volver a casa, a Itaca. A ver que se cuentan Penelope y Telemaco. Y a comprobar si Argos se ha comido sus whiskas. Y a comenzar el relato de esta mi  odisea morrocotuda.



Itaca

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.


Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.


Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.


Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.


Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.


C. P. Cavafis.



amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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