jueves, 30 de junio de 2016

Gueto romano

 


En 1555, el Papa Paulo IV emitió una  ominosa bula: toda la comunidad judía, que hasta entonces residía en el actual Trastévere, debía trasladarse al otro lado del río para vivir recluida entre las murallas del recién creado gueto de Roma. Comenzaba, así, el aislamiento de los judíos en la ciudad. Entre las murallas, a lo largo de los siglos, la comunidad hebrea creció tanto que los pisos comenzaron a apiñarse unos encima de otros en un entorno falto de las medidas de salubridad más básicas.
Hasta que en 1870 la unificación de Italia puso fin a la soberanía de los papas, y el aspecto de Roma, que asumió el papel de capital del Reino de Italia, comenzó a cambiar. Muchos edificios del barrio judío se derruyeron para dar paso a nuevas construcciones, y el gueto dejó poco a poco de ser un barrio aislado.

miércoles, 29 de junio de 2016

Goethe

Y es que el romano, al que las historias de hechos de sangre le rondan siempre la cabeza, aprovecha cualquier ocasión para jugar con la idea de matar a alguien.
 
 J. W. Goethe
 
 


De 1786 a 1788, el poeta alemán Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) vivió con su amigo pintor Tischbein en Roma, en Via del Corso 18. En aquella época el autor de Fausto frecuentó mucho la osteria Angelino a Tormargana, en la plaza Margana, pues sentía gran atracción por una de sus lozanas camareras. Una placa de mármol recuerda la inclinación de Goethe por este restaurante, que pervive en nuestros días con el nombre de Taberna degli amicci, y sirve unas exquisitas carchiofi a la giudia, y un no menos sabroso polpete di melanzana

miércoles, 22 de junio de 2016

Isola Tiberina




Según la leyenda, tras la caída del rey Tarquino el Soberbio, el pueblo romano arrojó el cuerpo de éste al Tíber. Como querían borrar todo vestigio del odiado rey,  habrían recogido los granos de trigo reunidos por el  y lo habrían arrojado todo sobre el cadáver, creando un sedimento sobre el que se formó la isla tiberina.

Debido a sus oscuros orígenes, la isla estaba considerada como un lugar de malos augurios. Los romanos evitaban ir a la isla  y los peores criminales eran condenados a pasar allí el resto de sus vidas. Esta mala fama se mantuvo  hasta que se construyó unTemplo dedicado a Esculapio, dios romano de la medicina. Actualmente casi toda la superficie de la isla está ocupada por un  importante hospital religioso, perpetuando la  antigua vocación sanitaria de Esculapio.

El  puente que une la isla al barrio judio es  el más antiguo de Roma y está perfectamente conservado. Fue construido en el 62 a.J.C. por el arquitecto Lucio Fabricio, un curator de obras públicas y miembro de la Gens Fabricia, por lo que se le conoce como el Ponte Fabrizio.

Y pasando a necesidades mas mundanas, si el hambre aprieta  uno pude pararse a cenar en Sora Lella, justo en la esquina del puente, un restaurante inaugurado en 1943 por la actriz Elena Fabrizi, y actualmente regentada por su hijo. La sora Lella, como todos la conocían cariñosamente, trabajó en películas míticas como Rufufu y compartió set con todos los grandes: Sordi, Mastroinani, Cardinale, Gassman… Era también hermana de otro gran actor Aldo Fabrizi, el inolvidable cura de Roma Citta aperta.

martes, 21 de junio de 2016

Torre argentina


¡César, jamás reparé en presagios, pero ahora me asustan! Cuenta uno ahí dentro que, aparte las cosas que hemos visto y oído, los guardias han presenciado prodigios horrendos. ¡Una leona ha parido en medio de la calle, y las tumbas se han entreabierto y vomitado a sus difuntos! ¡Guerreros feroces combatían encolerizados entre las nubes en filas y escuadrones y en exacta formación militar, haciendo lloviznar sangre sobre el Capitolio! ¡El fragor de la lucha atronaba los aires, y se oía el relinchar dé los caballos, y el estertor de los moribundos, y los gritos y alaridos que daban en las calles los espectros! ¡Oh César! ¡Estas cosas son inusitadas y me infunden pavor!

Julio Cesar, Acto II (Shakespeare)

 
 
El Área Sacra de Torre Argentina fue descubierta entre 1926 y 1930 durante los trabajos de construcción de un edificio. En la actualidad da cobijo a un albergue para gatos donde cientos de mininos retozan a sus anchas entre las ruinas de los templos.

Los restos arqueológicos de Torre argentina, alejada del foro y de otros conjuntos monumentales, no llaman demasiado la atención en una ciudad como Roma plagada de vestigios. Sin embargo esta plaza alberga los templos más antiguos que se conservan en Roma El Área Sacra estaba ocupada por cuatro templos construidos en el siglo III a.C., y por el teatro y la curia de Pompeyo.

La mayoría de los romanos ignoran el infausto papel que la Historia otorgó a este rincón. Según los últimos estudios, fue exactamente en este lugar donde fue asesinado Julio César.  Los negros presagios, que conminaban a Cesar a cuidarse de los idus de marzo, se materializaron en la curia de Pompeyo, entre las piedras mudas de la actual Torre Argentina.

miércoles, 15 de junio de 2016

San Calixto


 
Los días calurosos en Roma la sed aprieta. Con muy buen criterio, han llenado las calles de fuentes de agua fresca, que te vienen al pelo para echar un trago en cada esquina. Estas fuentes son conocidas como nassones (narizotas), e incorporan un sistema tan antiguo como eficaz. La fuente consta simplemente de un caño torcido hacia abajo, pero beber asi te exige agacharte bastante, asi  que le incorporan un pequeño orificio en el angulo. De esta forma, tapas con el dedo el final del caño y milgrosamente el agua sale hacia arriba por el pequeño agujero y puedes beber sin necesidad de depatarrarte por el suelo.

Ahora bien, es de común conocimiento que no solo de agua vive el hombre y que de vez en cuanto necesita meterse en el cuerpo una pinta de cerveza. Las nacionales Moretti o Peroni son rubias y ligeras, bastante ricas. Pero  aquí es donde surge el problema: son bastante caras. Y las de importación aun mas. Te pueden cobrar cinco o seis euros por un quinto en cualquier chamizo. Pues como todo problema, este también tiene su solución: Hay que ir al Bar san Calixto, en el Trastevere, que te cobran el botellín a euro y medio, las mas baratas que yo he encontrado en todo  Roma. Pides en la barra y luego vas a la caja registradora donde un octogenario refunfuñon, que se resiste a integrar las clases pasivas, te cobra la consumición.
Tambien tienen buenos helados.

martes, 14 de junio de 2016

Trastevere


 
 
En este reciente viaje a Roma, nos hemos alojado en el Trastevere, que como su propio nombre indica está al otro lado del rio Tiber (Trans Tibertis), en la orilla oeste. Es uno de los barrios con mas solera de la ciudad y, aunque a las noches algunas calles se llenan de marabuntas de extranjeros y foráneos, durante el dia sigue siendo un sitio muy tranquilito. Perderse por sus  calles adoquinadas, entre edificios medievales, fachadas desconchadas y jardines ocultos, nos depara agradables sorpresas.
 

viernes, 10 de junio de 2016

la cupula del Vaticano





Cuando el Papa Pablo III le encargó a Miguel Angel que hiciera una gran cupula para coronar la basilica de San Pedro del vaticano, le sugirió que suiguiera el modelo de la cúpula del Duono de Florencia, de Bruneleschi. “La poi fare  piu grande, ma non piu bella” respondió Miguel Angel, en un arranque de humildad impropio de él.

jueves, 9 de junio de 2016

Roma quanta fuit ipsa ruina docet


 “Roma, cuanto fuiste tus ruinas lo dicen!” Sebastiano Serlio recoge esta alabanza en el frontispicio de uno de sus gravados, incluido en el libro Regole generali di architettura, publicado en Venecia en 1537.

Aunque las ruinas romanas pueden aportarnos una idea de la magnificiencia de tiempos pasados, resulta difícil imaginar, entre los portentosos muros desnudos de las Termas de Caracalla, la maravilla arquitectónica que fueron en su época. 

 Revestidas de mármol y decoradas con preciadas obras de arte, las Termas de Caracalla fueron las más suntuosas que se construyeron en la antigüedad. Contaban con sofisticados sistemas de abastecimiento de agua, así como de calefacción y desagüe. Los hornos de leña que alimentaban los esclavos servían para calentar los suelos y paredes de las termas, además del agua.

Tras permanecer en funcionamiento durante más de trescientos años, las termas dejaron de utilizarse en el año 537 cuando los bárbaros que sitiaban la ciudad destruyeron los acueductos que las abastecían de agua. Al parecer, la idea de la higiene de estos pueblos del norte distaba bastante de los refinados sistemas que proporcionaban las termas.

martes, 7 de junio de 2016

Ali bumayé!

Vuela como mariposa, pica como abeja.

Muhammad Ali
 
El pasado viernes el Parkinson infringió el KO definitivo a la gran  leyenda del boxeo: Muhammad Ali, cuyo nombre de esclavo fue Cassius Clay. El tres veces campeón mundial demostró tanta locuacidad con los puños como con su lengua vivaz,  siempre critica con el poder establecido y a menudo bravucona con sus adversarios. La  conversión al Islam o su oposición  la guerra del Vietnam  le convirtieron en un icono más allá de las doce cuerdas del cuadrilátero. Para mayor abundamineto, os recomiendo vivamente que os deis el gustazo de revisar When We Were Kings, uno de los mejores documentales que recuerdo, que narra su combate en Kinsassa contra George Foreman.  

Descanse en paz en el Olimpo de los pesos pesados.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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