naveta
Otro elemento característico de la cultura
talayótica son las navetas. Edificaciones con forma de nave invertida,
generalmente destinada a una funcion funeraria.
Una de las que mejor se
conservan es la la Naveta des Tudons. En su fachada delantera tiene un hueco que sirve de acceso y otro
un poco mas arriba que no parece tener una utilidad clara. Sin embargo ese hueco tiene un origen constatado, aunque un poco rocambolesco: los protagonistas de la historia son una
giganta y dos gigantes que la pretendían.
Hagamos un pequeño inciso al respecto:
si bien no quedan restos peleontologicos que acrediten la existencia de
gigantes en Menorca, su rastro es evidente. ¿Quien sino un gigante de
fuerza descomunal podría mover esas piedras, grandes como hipopotamos adultos?
Pues bien, aquella giganta propuso un
reto a sus pretendientes. A uno le encargó que excavara un pozo y al segundo
que construyera una naveta. Ella se quedaría con el primero que acabara su cometido.
Ambos se pusieron inmeditamente
manazas a la obra. Al cabo de unas horas, el que excavaba el pozo empezó a
gritar “agua, agua!”. Al otro gigante
solo le quedaba colocar la ultima piedra para acabar la naveta (precisamente la
que ahora falta en la fachada). Frustrado por que había perdido el desafio,
cogió aquella ultima piedara y se la lanzó el cabeza al gigante del pozo,
matándolo al instante, y acto seguido se dio a la fuga
para huir de la implacable justicia de los gigantes. De esta forma, la
pobre giganta perdió a ambos pretendientes, aunque las crónicas aseguran que se
quedó tan pichi.