viernes, 25 de julio de 2014

Llafranc

Despues de la boda me retiro unos dias meditar en la Costa Brava. Elijo la playa de Llafranc, en el municipio de Palafrugell,  un idílico pueblo marinero de la  emplazado sobre una bahía con una playa de fina arena.  Llafranc tiene un paseo arbolado que bordea toda la cala hasta el pintoresco puerto. Y se come muy bien y se esta muy bien



martes, 22 de julio de 2014

a los postres

 
 
Aprovechando un descuido del equipo de seguridad, un individuo se ocultó en el interior de la tarta, y cuando sonaba la marcha nupcial de Mendelssonh, salió del postre, y se puso a disparar a discrecion con un arma de gran calibre, provocando el pánico entre los invitados y un derramamiento atroz de crema pastelera.




martes, 15 de julio de 2014

acertados obsequios

A la salida de la ceremonia nos repartieron sombreros de paja, abanicos, gafas de sol, sombrillas chinas y alpargatas payesas, para relevar a las agujas de los Louboutin. Regalos que serían de gran utilidad a lo largo de la velada, y que a la vez conseguían que la gente discreta pareciera excentrica y que la gente excentrica pareciera  extrafalaria.

La imagen de los invitados con sus mejores galas y sus impecables chaques coronados por esos sombreros campesinos, cruzando por el camino entre trigales, evocaba las peliculas de Jean Renoir y su "joie de vivre".


domingo, 13 de julio de 2014

invitadas


En la boda tuve ocasion de reencontrame con algunas de mis mejores amigas: Dafne, siempre elegante, con un vestido vaporoso de color rosa palo, Hiba, con su mirada magnética...






 Una gente majisima. Que alegria me dio volver a verlas y cuanto las añoro ahora en la umbría oquedad de mi morada!

sábado, 12 de julio de 2014

Can Muni

 
Esos dias de la boda nos alojamos en Can Muni, una especie de masia, perdida en el Ampurdan, rehabilitada como casa rural, en la zona de Camallera.
 
Había piscina, un cuadrilla de caballos (como se dirá eso? lleguada, jauria, piara...?) y buena compañía. Los novios hicieron plantar un campo  entero de girasoles para deleira la vista con sus impactantes amarillos.

 

jueves, 10 de julio de 2014

viva los novios!

Esta semana pasada me fui a Girona, invitado a los esponsales de unos buenos amigos. Y con la excusa del bodorrio ampordanés aproveché para recorrer un poco la Costa Brava.

¿Que decir de los novios? Que estaban muy guapos y que les deseo una vida plena de momentos intensos y carretillas de alegria y trailers de felicidad.




amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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