misterio de Obanos
Nos cuenta la leyenda medieval que el joven duque francés San Guillén había emprendido junto a su hermana Santa Felicia peregrinación desde su Aquitania natal hacia Santiago. A su paso por Obanos, ella decidió quedarse para entregar su vida ayudando a los pobres y a los peregrinos que atravesaban esas tierras. Noble propósito, que sin embargo a su hemano le pareció un despropósito. Celoso y cegado por la ira, Guillén, que en aquella epoca estaba aun muy distante de la santidad, trató de arrancar a su hermana de ese lugar. No consiguió convencerla y, en un arranque de furia, hundió su puñal en el pecho infeliz de Felicia, dándole muerte.
El duque, se sumió en la
tristeza y el arrepentimiento por su criminal arrebato. A buenas horas. Tras haber completado el Camino de Santiago llorando su pena, se recluyó en la
ermita de Arnotegui, próxima a Obanos, y asumió la como propia la tarea de
asistir a los peregrinos, que con tanto ahinco había emprendido ella y con
tanto ensañamiento había combatido él.
La historia se convirtió en un auténtico auto sacramental en 1965 bajo la tutela del cura de Obanos, Don Santos Beguiristáin. Esta representación dramática ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. "El Misterio de Obanos" se escenifica cada dos años en el mes de julio en la Plaza de los Fueros, y cuenta con la intervención de más de 600 personas del pueblo. Aunque el coste de tan faronica producción se ha visto afectado por la crisis, y parece que no lo van a volver a representar hasta que no cuenten con una holgada financiación.