viernes, 27 de abril de 2007
ODISEA
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Salvador de Bahía
Una mala jugada del destino consigue estropear el principal medio de locomoción del aventurero: sus sandalias
Sucumbirá al desaliento ante este inesperado percance? No!
Rápidamente busca un sapateiro da rua, que en media hora le deja las sandalias como nuevas, y a otra cosa mariposa
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jueves, 26 de abril de 2007
CAOS
Ayer yo era uno bajito fuerte, y hoy soy el aventurero.
Que seré mañana?
Polvo seré, mas polvo enamorado.
viernes, 20 de abril de 2007
AMsTERDAM

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jueves, 19 de abril de 2007
JARDINES DE MARQUEYSSAC
Fue adquirido por el jardinero real de Luis XIV, que lo utilizó para dar rienda suelta a sus fantasías florales.
Sitio clasificado por su parque histórico de 22 hectáreas, Marqueyssac ofrece alrededor de un castillo del siglo XVIII, más de 6 kilómetros de paseos sombreados, bordeados de 150 000 bojes centenarios tallados a mano y decorados con belvederes, rocallas, cascadas y teatros vegetales.
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TORRE DE GÁLATA
Esta gigantesca construcción de 67 metros de altura fue levantada por los genoveses en 1348 en lo alto del Gálate Kulesi Sokagi, como gran baluarte del recinto amurallado que debía protegerles de eventuales ataques de los bizantinos.
Desde lo alto de esta torre, a mediados del siglo XVII se lanzó Hezarfen Ahmet Çelebi con unas enormes alas que él mismo había fabricado y consiguió atravesar el Bósforo y aterrizar en Üsküdar, en la orilla asiática, en lo que sin duda fue el primer vuelo intercontinental de la Historia
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miércoles, 11 de abril de 2007
amica veritas, sed magis amicus plauto
En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.
Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.
Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.
Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.
En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.
Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.
Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.
Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.