miércoles, 19 de septiembre de 2007

Boat to Luxor









El que bebe de las aguas del Nilo ya no quiere saciar su sed en niguna otra fuente

10 comentarios:

gus aneu2 dijo...

¡¡AUPA LA AVENTURERA GUAPA!!

Y es que además...
no hay exclusa que se le resista al aventurero

Wendy Pan dijo...

..., y eso porqué? porqué te entra una gastroenteritis que te quita las ganas de beber agua pa siempre?
O porque del susto que te pegan los cocodrilos, al inclinarte en la orilla, el shock traumático te dura hasta el día de tu muerte??

Hay que ver qué poco romántica y glamurosa me he levantado hoy...
..., XDDDDD (como dice Oom).

Siempre un placer leerte Bajis

Anónimo dijo...

Tengo mis dudas. Sará la Aventurera o será el Aventurero en biñiki?. Me es inverosímil, son sinagogos.

; )

EL AVENTURERO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EL AVENTURERO dijo...

se trata en efecto de la mismisima aventurera, luciendo un atrevido modelo de dolce & gabana

y lo de la sed no se muy bien, habria que preguntarselo a sinue el egipcio, lo que es seguro es que no es por los cocodrilos porque desaparecieron del nilo con la construccion de la presa de assuan

Camille dijo...

No ha cocodrilos en el Nilo? leñe! otro globo que se me ha pinchaó

lenoreanabel dijo...

Yo creo que es porque uno se muere de la gastroenteritis. Porque la que yo pillé fue de órdago y solo porque comí pescado del nilo, si llego a beber agua allí me quedo. Jamás, jamás se os ocurra beber agua del nilo!!!!!!!! Aún así, volveré. jejejeje. Saludos a la aventurera. besitos.

Jas dijo...

Muy buenas Aventurero y a toda la cuadrilla, ya se acabaron todas las vacaciones y volvemos al cole tod@s, no?

Y después de Egipto que nos traerás Bajito??

Blogsaludetes!!

P.D.: Bajito, hace unos días que hemos cobrado el premio de Caostica y esta semana nos debería llegar el trofeo, 3 meses 3 han tenido que pasar, anda queeee...

Anónimo dijo...

aventureraaaaa!!!
chica vaya modelón que me llevas, atrevido a la par que elegante... muerta de envidia me dejas, por dior!

aventureroooo!!!
actualiza, hombre, actualiza

Anónimo dijo...

Digo lo mismo que Marina: actualiza aventurista (RAE: S, pl. Combinación de aventurero, turista y cuentista, no necesariamente en ese orden.), que tenemos muy vista la popa de la aventurera, digo, del barco.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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