lunes, 11 de agosto de 2008

Cholula



El nombre de Cholula , población situada a pocos kilómetros de Puebla, deriva del vocablo nahualt Cholollan, que quiere decir Gran ciudad donde cae el agua en el lugar de huida del cerro hecho de tierra. El cerro hecho de tierra es en realidad la mayor pirámide del mundo. Supera a la egipcia de Keops en volumen, aunque no en altura.

Cuando llegaron los conquistadores españoles, la pirámide ya estaba cubierta de maleza, por lo que pensaron que se trataba de una montaña. En su cumbre habia un templo dedicado a Tlaloc, dios de las lluvias.


Motolinia (un monje con nombre de telefonía movil) menciona el templo en sus escritos: "
En lo alto estaba un teucalli viejo y pequeño, y desbaratáronle, y pusieron una cruz alta, la cual quebró un rayo, y tornado a poner otra, y otra, también las quebró, y la tercera yo fui presente, que fue el año pasado de 1535." Habian descubierto el pararrayos siglos antes que Benjamín Franklin, pero en lugar de eso pensaron que la destrucción de tantas cruces solo podia ser obra del Diablo. Para alejarlo de aquellos andurriales construyeron una iglesia en lo alto de la pirámide.




5 comentarios:

Wendy Pan dijo...

Al final tuvieron que plantar la leches-en-vinagre-de-la-inglesia, porras!
Qué manía, no la podían haber puesto en otro sitio, pos no, ahí pa tocarme las narices.
Me se llevan los demonios como cuando el capitán Hadock se queda sin bisqui...

gus aneu2 dijo...

Lástima de espíritu inquisitivo y científico por parte del motorino éste, que qué gran gloria podían haber llevado los faldones de sus hábitos con tan brillante descubrimiento.
No te lo tomes como algo personal, wendy, que es que son así, que le vamos a hacer.

Aprendiendo... dijo...

jajaja, y la iglesia no acabó requemada? vaya...
Uuups... cuanto hacía que no volvía por qui?? Mil perdones, Aventurero, pero he andado algo liado con cambio de trabajo y temas personales... Mola el reportaje que te hicieron en La2! Felicidades!

princess dijo...

tan perdida que estaba yo, pero ya volví para echarle un ojito a tu blog, que como siempre esta precioso
:( no pude ver tu entrevista.
Saludos aventurero ^^

Carmen dijo...

Motolinia (un monje con nombre de telefonía movil) XD jajajja, me ha hecho mucha gracia eso.
Pero lo importante, muy buen blog ;)

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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