lunes, 22 de septiembre de 2008

Plutón Berrebenero



Ya está aqui el acontecimiento televisivo de la temporada, PLUTON B.R.B.NERO, una serie de ciencia ficcion por todo lo grande. Comedia romantica, pero sin llegar a amplagar. Actores graciosos y grandes profesionales del medio. Y tras las camaras, Alex de la Iglesia, uno de los mejores directores de Bilbao (perdon, quise decir: "uno de los mejores directores, de Bilbao")

La única pega es que algunos de los guiones los he escrito yo. Que le vamos a hacer, algo tenia que tener.

Aun así, no os lo perdais. A partir de este miércoles en la 2 de Televisión Española.



6 comentarios:

Wendy Pan dijo...

YUPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII !!
Creo que todos nos morimos de los nervios.

BEsotes Venturero, desde la isla bajo la tromba-de-agua jiji

Anónimo dijo...

Como dicen los de la farándula, mucha mierda, aventurista, en esta embarcada en la que has metido. Prometo estar delante de la tele el miércoles con palillos en los ojos para no pestañear. Espero además que también hayas tenido el sábado mucha mierda con esa prueba de la lengua de los vascongados y que entres al selecto club de los egalaris (¿con hache?) de una p... vez y puedas llamar kutxi a la aventurera con la pronunciación debida y el acento adecuado. Que así sea, no más que por la ronda de zuritos que gustosamente te pagarás el jueves, y porque te lo mereces.

------ dijo...

Pensando que andarás ahora paseando por la playa de la Zurriola, fotografiándote con lo más granado y con acné del festival, me recuerda aquella chabalota que vimos ponerse, en tres dimensiones, las sandalias al subir de la playa, mientras nos tomábamos una zarzaparrilla en una terraza. Estoy seguro de que te acuerdas de ello. Bueno, días por delante, al parecer, de grandes acontecimientos que habremos de saciar la curiosidad en el jantar que se nos avecina. Entro en el blog y el aspecto no puede ser mejor, aunque no me imaginaba menos. Pena de no poder ver la serie y de pasar un buen rato sabiéndote de fondo. Suerte en todo y un abrazo

Anónimo dijo...

Espero verlo, porque seguro q unas risas me echaré.

Abrazos

Kultur Basauri dijo...

¿Qué has escrito varios guiones? ¡Dónde estaba la FPAE, por Dios!

EL AVENTURERO dijo...

hola, a todos
acabo de pasar unos dias en donosti, donde ademas de ver algunas peliculas (inolvidable Barcaleone en las cruzadas) he perdido el movil y me enuentro incomunicado con el mundo.

nom snad, te mande un mensaje antes de perderlo por si estabas por alli, pero parece que todavia no has venido, no? pues a ver su vienes pronto y nos montamos una cena en mr. Lee

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

Contribuyentes