lunes, 12 de abril de 2010

Las movidas de don Fadrique


Esta torre, ahora oculta por los nuevos edificios de Sevilla, es lo unico que queda del palacio que en 1252 construyera el infante Don Fadrique, hijo del rey San Fernando.

Aquí vivió Don Fadrique su apasionado amor con la joven reina Juana de Ponthieu, viuda de su padre. Este romance escandalizó a la sociedad de la época y debió sentar bastante mal en su familia, porque Don fadrique fue asesinado por su propio hermano, Alfonso X, para vengar la afrenta infligida al padre, al santo y al rey, y Doña Juana fue enviada al exilio de muy malas maneras.

15 comentarios:

Judax dijo...

Una familia bastante revoltosa y entretenida

cosmopolitana dijo...

Se escandalizaban por nada. Aventurero, qué de cosas interesantes han pasado en Sevilla. Ya había marcha, ya.

epelde y mardaras dijo...

Aventurero, echa un ojo a esta noticia. Pásate a ver el corto, es distinto, artístico, curioso, divertido, y de lo más bilbaino.

Judax dijo...

Uy, he firmado con epelde&mardaras. Sorry

cosmopolitana dijo...

Por dónde nos pasamos Judax por Bilbao o por Rhode Island? Por cierto Rhode Island qué bonito es y Bilbao tambien.

EL AVENTURERO dijo...

96769, he pillado un capicua
he visto la exposicion por fuera, judax
Tengo ganas de entrar pero cunado paso por delante suele estar ya cerrada
Han pillado ahora epelde y mardaras la galeria de santamaria?

Judax dijo...

Aventurero, no se vale pillar capicúas siendo el bloggero, déjanos ese gustillo a tus visitantes porfa.

Si lees el post del blog de epelde&mardaras verás que es una colaboración entre ambas galerías. El horario de martes a sábado es de 11:30-13:30 y 17:30-20:30. La expo finalizaba el día 17, pero con lo del premio han decidido prorrogar una semana. Intenta ver el corto, tiene mucha "sustansia" bilbaina.

Judax dijo...

Hoy es 14 de Abril ... VIVA LA REPUBLICA !!!!!!!!!!!

cosmopolitana dijo...

Y el 96969! se lo lleva la que nació en el 69! Ya era hora.

Judax dijo...

Cachis, con lo bonito que era ese capicúa para mi cole !!!!!

cosmopolitana dijo...

Claro Judax, lo siento, ese número tenía que ser para mí.

cosmopolitana dijo...

Aventurero, yo quiero que vuelvas a NY!

DtV dijo...

97097

Judax dijo...

Número bonito si que es, pero de capicúa ... ná de ná.

Jua juajua. Un pequeño lapsus ¿no?

DtV dijo...

es el ansia, que me pierde, jajaja

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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