Cuevas de Maria Moco
En Cadiz hay unos cuantos ficus de tamaño descomunal. Parece ser que los trajeron del nuevo mundo unas monjas misioneras, en unas minusculas macetas, incapaces de imaginar el tamaño que alcanzarían siendo varias veces centenarios. Este que aquí vemos, hundiendo sus raices como garras de dinosurio en los jardines de la plaza Mina, no es de los mas grandes.
Pero era otra la historia que queria hoy traer a colación, relacionada, eso si, con la meritada plaza Mina.
Durante siglos se ha utilizado en Cádiz una leyenda para asustar a los niños boquiabiertos. Según dice, en la Plaza de Minas hay un acceso que permite descender al subsuelo de la ciudad. Desde alli se extiende un entramado de túneles subterráneos que recorre todo la ciudad, donde no pocos infelices se han extraviado para siempre. Es lo que se conoce como Las Cuevas de María Moco. Recientemente ha quedado demostrada de una manera científica, mediante el empleo de un GEO-Radar, una de las creencias más misteriosas del imaginario gaditano.
Asi se ha sabido que desde Puerta Tierra hasta la Alameda, se extienden entre 5 y 6 kilómetros de pasadizos de supuesto origen romano y de entre 1,8 y 3,5 metros de altura, como hipotética conexión entre las zonas nobles del núcleo de Gades.
El descubrimiento de este entramado, de una importancia comparable a la de las catacumbas de Roma, debe mucho a Germán Garbarino, gerente de la empresa Monumentos a la Vista. En el colegio, Germán Garbarino escuchó de boca de un profesor la leyenda de Los 12 moros jugando a las cartas. Según el relato, un niño perdido por las cuevas de Cádiz, hambriento y exhausto tras horas de caminata, creyó ver, aterrado y a la luz de un farol, las figuras de doce moros jugando a las cartas en una sala.
Hace unos años, Garbarino recibió el testimonio de un gaditano que aseguraba que esa sala se encontraba debajo de la calle San Juan y decidió investigarlo. Llegó a escuchar hasta 200 testimonios de personas mayores y miembros del la Iglesia, trasmitidos por tradición oral. Historias de huidas en casos de asedio, niños perdidos, contrabandos, lupanares, batallas dieciochescas, refugiados escondidos durante la Guerra Civil...
Uno de los testimonios le llevó hasta la Iglesia de Santiago, en cuya cripta se encuentra «una gran puerta cegada por mortero, ladrillos y piedra ostionera. ¿Hacia dónde se dirigía? una habitación clausurada, o una entrada hacia los subterráneos investigados?».
Respecto a la plaza Mina debemos decir además que alli nació Manuel de Falla.
7 comentarios:
y, ya esta? Nos dejas así? Es por entregas?
no, no
eso es todo
Pues vaya!! esto parece "Muy Interesante"
nada, nada, te has tirado el moco!
El aventurero se perdio en las Cuevas de María Moco
ya ando por aqui,otra vez, solo que estoy un pco despistado
pronto pondre nuevas entradas
En youtube hay un video sobre las cuevas de maria moco...Uhhhhh....Que bonito todo lo que has colgao de mi Cadi de mi arma Ugenio.......ains......jajajajaja
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