lunes, 15 de octubre de 2007

Abu Simbel (y 2)


Aparte de la prominente presencia del propio principe (Txabi), Abu Simbel tiene otro detalle que mola: A mas de 50 metros de profundidad en la roca se encuentra el Sancta Sanctorum, con representaciones sedentes de Ptah, Amon Ra, Ramses deificado y Ra-Horajti.

Pues bien, dos veces al año los primeros rayos del alba penetran hasta el fondo del templo, iluminando las figuras de Amon Ra, de Ramses y de Ra-Horajti, pero no la de Ptah, que como dios de las tinieblas y del inframundo, no debe ser mancillado por la luz del sol.


Esto sucede el 21 de febrero y el 21 de octubre, aniversario del nacimiento y de la coronación de Ramses II. Que jodío el Ramses, como se le ocurririan estas mandangas!

10 comentarios:

Jas dijo...

Es que Ramses era mucho Ramses, se ve que desayunaba con mucha jalea "real" y vaya ideitas que se le ocurrían al tipo. XDD

isaac dijo...

IMPRESIONANTE! Si me dijeras que si colocas un espejo en la cabeza de Ramsés y reflejara el rayo de sol hasta un oculto mapa que diera con El Arca de la Alianza... me lo creería también.

Siempre he flipado con estas maravillas que se sacaban de la manga esta gente

gus aneu2 dijo...

Isaac, pídele al aventurero que te explique como hicieron para que el fenomeno se reprodujese en la nueva ubicación del templo tras su trasladdo por la construcción de la descomunal presa y de la cara que se les quedo a todas las autoridades el 21 de octubre esperando la llegada de la sombra a Path.

isaac dijo...

Es verdad... no había caido en eso. Cómo lo hicieron? O_o

EL AVENTURERO dijo...

pues efectivamente, en el traslado cometieron un pequeño error de calculo y ahora el fenomeno se produce un dia mas tarde, el 22 de febrero y de octubre, que ni es cumpleaños de nadie, ni aniversario de coronacion, ni ná de ná

Anónimo dijo...

Lo del traslado de ABU SIMBEL todavía no me lo creo. Es que soy un poco burra y no me entra, no me entra. De verdad hicieron eso?

Y con todos los respetos, el 22 de febrero es el cumple de mi queridísima madre que hace poco anduvo por ahí, me contó lo del traslado y tampoco le creí.

Si eso es posible, por qué no trasladamos Lakua a la costa amalfitana? eh? se me ocurre...

EL AVENTURERO dijo...

entonces, corrijo: lo dipusieron de forma que entrara el sol el 22 de febrero, fecha de celebracion del cumpleaños de la madre de Marina

y lo del traslado de lakua piedra a piedra, por mi bien siempre qiue se mantenga la misma orientacion cosmica, para que me dé el solito por las mañanas

Anónimo dijo...

y las piedras que las vayan moviendo los de la corbata mientras los demás nos damos al blody mary... o peor!

muy bien Uge! ya me lo voy creyendo, ya

Wendy Pan dijo...

más, quiero más...
me tengo que distraer mientras nos ahogamos aquí en las Mallorcas, que aquí cutres de fábrica pero también tenemos derechos.

había un chiste mu bueno en el periodico:
3 cubos pa las goteras mallorquinas, el metro, la estación intermodal y el Arena Palma (baloncesto). firmado:
PP Gotera y Otilio Chapuzas a Domicilio XDDDDDDDDD

joan olivares dijo...

Aventurero, eso que dices del 22 no puede ser verdad. Si se traslada al 22 de octubre, su equivalente seria el 20 de febrero, ya que lo que hace que sean dos dias és la equidistància de ambos al solticio de invierno. Si nos acercamos por octubre, también nos hemos de acercar por febrero. Salut

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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