viernes, 25 de enero de 2008

cumplecojo











A misa no voy
porque estoy cojo

A la taberna llego
poquito a poco



Entre el liquido sinovial y un cartílago que recubre la rótula me tienen pelin cojito, incapaz para las tareas cotidianas. No digamos ya para la Aventura, a la que hablitualmente me dedico en cuerpo y alma. Ojalá que nunca os veais en tan lamentable situación.

Ah, y ademas es mi cumpleaños!




15 comentarios:

Javi dijo...

¡¡¡Pues felicidades!!! pena que lo tengas que disfrutar menguao en tus facultades, pero ya te resarcirás...

Campanilla dijo...

¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS AVENTURERO!!!

Que te repongas pronto.

Un abrazo y un tirón de orejas!

gus aneu2 dijo...

pobre, por ahí sí que pase, entre sobra de líquido y falta de cartílago. Mis saludos para la aventurera, que diso la dé salud prar darte mimítos ahora que estás mimítos y muchos años a ambos para disfrutarlos.

Teniente Colombo dijo...

¡Feliz cumpleaños compañero!

gus aneu2 dijo...

se ve que la cerveza y los coments son incompatibles en según qué cantidad.
Repito; que dios la dé salud para darte mimitos ahota que estás malito y ...

gus aneu2 dijo...

Ah! esto lo hace un gran amigo (y el resto de la banda, o grupo) esperp que os guste como a mí.
http://www.myspace.com/chefohara

Wendy Pan dijo...

Felicidades mi amol !!
Si te sirve de consuelo yo he amanecido con fiebre, después de estar una semana afónica. Y no podré hacer blasfemo-taquilla hoy como tenía planeado, snif, snif.
Espero que no me pongan falta.

Que tenga usté un feliz día a pesar de los pesares.

Besotes morrocotudos

Anónimo dijo...

apio verde virgilio, que la clepsidra sea buena contigo y protegete de la vesania de las hijas de grano.

S dijo...

Felicidades Bajito! Espero que te recuperes pronto... Cuidate!

Besotes

gus aneu2 dijo...

capitán curador!

Teniente Colombo dijo...

Oiga Aventurero, su blog se ve completamente destrozado con el navegador Firefox, no así con el Explorer o el Safari.

Anónimo dijo...

Zorionak, y cuide usted ese cuarto trasero, que tiene que durarle muchos años

EL AVENTURERO dijo...

gracias a todos amigos,

teniente, ya me lo dijeron, con el firefox se vé mal, pero no se porque ni como arreglarlo

Jas dijo...

Coñooo, y yo sin enterarme, es que te tengo un poco abandonado últimamente, no doy a basto con tanto blog y demás.

Un tirón de orejas y un abrazo, que aunque con retraso, llevan el mismo cariño.

Jas dijo...

Osti tu!!!...ahora que me fijo en la fecha, el mismo día que mi compi de piso y mi compi de corto, vaya coincidencia y menudo fiestón que nos pegamos el día siguiente con la tontería, fiestón de los buenos buenos.

Que tal marcha la pata?

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

Contribuyentes