miércoles, 7 de noviembre de 2007

La Fuente de la Vida





En la isla de Itaparica, el aventurero bebió de la fuente de la vida, desoyendo todos los consejos del area de prevención epidemiológica de Osakidetza/Servicio Vasco de Salud, que advertía del peligro de coger fiebres tifoideas por beber agua no embotellada.

Para el aventurero, el riesgo quedaba compensado con las propiedades curativas que prometía este manantial. Reumatismo, alopecia, celulitis, impotencia y artrosis decaen ante el efecto sanador de estas aguas.

De hecho, junto a la fuente había una anciana vendiendo caracolas que aseguraba tener 114 años.

Viniçius de Moraes, que residió largas temporadas en Itaparica, tenía siete mujeres en esta isla. Gracias a estas aguas milagrosas conseguía el vigor necesario para satisfacerlas a todas, siendo ya anciano.



14 comentarios:

ángela dijo...

buenas...pues sí que debió ser eficaz el trago que ya mientras lo tomaba el aventurero está (aún) más lozano y apuesto

Wendy Pan dijo...

PEro Vinici no era el jefe de Iñigo Montoya-tu-mataste-a-mi-padre-preparate-a-morir ??
Yo pensaba que era Siciliano..., aunque a lo mejor después de beber de la fuente esa se trasplantó a esa otra isla para disimular su longevidad.
En cuanto a la lozanería y apuestez de nuestro Aventurero.., un martini James? ;)

gus aneu2 dijo...

No cabe duda de que la recomendación del Osakidetza trata más de proteger su sistema de pensiones que la salud de sus súbditos, y bien seguro es que el lehedakari tendrá una buena reserva de tan milagrosas aguas a buen recaudo, aunque, ¿seguro que cubre la alopecia?

gus aneu2 dijo...

hola guapa wendy, se ve que nos hemos cruzado en el iber espacio ¿se dice así?

Anónimo dijo...

Joder con el agua. Y si a tí te deja esa figura, ¿a mi me pondrá pelo, aunque sea verde, como decía Alfredo Landa? ¡Voy payá...!

Anónimo dijo...

como el agua de bilbao en ningún "lao"

Anónimo dijo...

Querido Gus(tavo) Aneu2:

Te llevo siguiendo la pista muchos años. Te conozco pero tu a mi no.

Por eso, he decidido quedar en Bilbao, enfrente del palacio Esukalduna. El sábado (10), a las 12:30 de la mañana. Llevaré gabardina y bombín. Pôr favor, no faltes, y no es en tono amenazador. Tenemos que hablar de un tema serio, y necesito que me ayudes. Te llevaré una recompensa. TXAITO.

Anónimo dijo...

Querido gus aneu2; era todo una broma, no te preocupes. No te conozco, es que me quiro introducir en este blog, y no sabía como hacerlo, y como me has parecido muy majo, he querido hacer migas contigo. Bueno hasta mañana, aunque igual no puedo meterme, estoy de trabajo hasta el cuello.

Anónimo dijo...

caro virglio magoo, que la nayade de alegoricos 114 es una joven de 16.


vaya padrino con el cartero de las 0 hrs., que si la gabardina es negra y el contenido predominantemente femenino, es de cortesia que le advierta -por el mucho afecto que le tengo- que de seguro en el chupetin de kojak hay una fatal vocacion para la viudez.

Anónimo dijo...

¿cabran 9 peces en el globo de cristal de la srta. arguelles?

Wendy Pan dijo...

Querido Gus, desgraciadamente eso parece, quedaron atrás aquellas conversaciones en tiempo real, aiiiins, lo hecho de menos.
Por cierto Anónima Gus es MI caballero andante ;)

filcas TECHABA DE MENOOOOOS !!
mencanta..., parece quescribe con los sinónimos de los sinónimos XDDDD

gus aneu2 dijo...

Que gusto recibir elogios y citas con sombrero, sacaré mi sombreo amarillo con su gabardina a juego, que he oido por ahí que agua como la de bilbao en ningún lao.
Gracias capitan por sus oportunas recomendaciones, que seguiré hasta donde la prudencia y la viudez me lleven, ya te informaré de cuanto predominantemente femenino era el interior del abrigo.
Que recuerdos Wendy, aquellas charlas.
En fin Txaito, gracias por elegirme para introducirte en este espacio de vueltas y más vueltas, date por bienvenid@ y sólo recuerda que el anfitrión es muy agarrao y que como ves sólo invita a agua, aunque eso sí, con poderes.
En fin, el lunes más (ojalá).

Anónimo dijo...

al agua que no es potable y si corriente, digo Guerra y es Guerra. frente a ella me repugna la paz.

caro virgilio, hogaño impetro por su sosegada alocucion, de aquella antaña permanencia sin apremios en el globo de cristal.

srta. darling, moral de arquero, que pone en juego mi equilibrio.

padrino, no desdeñe la milenaria experiencia de la Iglesia, que señala, que si apenas se pueden aguantar las fluctuaciones periodicas de una sola mujer, es locura afrontar la de dos o tres en conjunto o alternativamente; y evite caer en el error matematico de quienes tienen muñones, que creen que dos mujeres son la mitad de una obligación, y que son el doble!.

EL AVENTURERO dijo...

bueno, que animado esta esto desde que ha vuelto filcar con sus hermeticas imprecaciones

animate, anonimo/a, y desanonimate (existe el verbo desanonimar, Filcar?), vamos que te pongas un nombre para que se te pueda distinguir en la puerta del euskaduna

por lo demas, si, el efecto quema grasas del agua de itaparica era inmediato como habeis comprobado en la ilustracion

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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