jueves, 7 de febrero de 2008

Tata Güines


Era una de esas noches de la Habana en las que los termómetros compiten con los cormoranes y sudar se convierte en una obligación patriótica.

Estábamos en un pequeño local de jazz del Vedado llamado La Zorra y el Cuervo, escuchando una jam session y tomando daikiris. Íbamos de güais.

Un anciano entró sigilosamente en el club. Inmediatamente los jóvenes músicos lo reconocieron y dejaron de tocar, poniéndose en pie con admiración. El bongosero le rogó que se uniera a ellos "por favor, maestro". El anciano se acercó al escenario. Le costaba moverse, pero en cuanto se sentó ante las congas pareció recibir una inyección de adrenalina. Sus manos empezaron a golpear el cuero con sorprendente agilidad, extrayéndole sonidos impensables. Nos regaló los oídos durante un buen rato y luego se perdió en la oscuridad del local. Era Tata Güines, el percusionista más famoso de Cuba.

Era una leyenda viva. Y siguió siendo una leyenda viva hasta el lunes pasado, en que pasó a ser una leyenda muerta. Un nuevo destello resplandeciente en el cielo de las estrellas de la música afrocubana. Ahora estará interpretando un danzón para los angelitos negros de Machin.

Federico Arístides Soto, apodado Tata Güines, falleció en la Habana el 4 de febrero a los 77 años, víctima de una infección renal.

En los años 50 tocó con los mas grandes, con Israel “Chachao” López, con Benny Moré, con Arturito “Chico” O’Farrill. Después, quebrantos del destino, el público se olvidó de su talento y desapareció del panorama internacional, como Ibrahim Ferrer, Pío Leyva o tantos otros de la 'vieja guardia', sobreviviendo gracias a una esforzada labor docente. En los últimos años, recuperó el renombre mundial con su participación en discos como 'Lagrimas Negras', del cantaor Diego El Cigala y el pianista cubano Bebo Valdés.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Allí estábamos, Aventurero, como olvidarlo!! Viendo al Tata "live"!! Un lujazo!!

EL AVENTURERO dijo...

asi es, lisensiado valdes (no confundir con bebo valdes, pianista) alli estuvimos escuchando al viejo tata aporreando los bongos como solo el sabia hacerlo, que momentos!

Wendy Pan dijo...

Qué envidia cochina que me entra..., sois unos privilegiaos, benditos vosotros capaces de apreciar tal honor!!

Benditos los músicos, porque el ellos será el reino de los cielos.
Menuda juerga se deben estar pegando todos ellos allá por las alturas.

Anónimo dijo...

Tuve la suerte de disfrutar de una sesión especial de este hombre. Inolvidable.

Los días de tormenta, cuando truene, pensaré que son sus bongos sonando desde algún rincón del cosmos.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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