viernes, 29 de junio de 2007

Giraldilla

Desde la torre del Castillo de la Real Fuerza, Isabel oteaba el horizonte dia y noche, esperando el regreso a la Habana de su marido, el conquistador español Hernando de Soto.

Cuando le informaron de la muerte de su amado esposo, Isabel cayó quebrada por el dolor y murió poco después.

En lo alto de la torre se hiergue hoy una estatua en su honor, conocida como la Giraldilla, que es símbolo de la ciudad y que sirve de logotipo al ron Habana Club, muy apto para mitigar las penas y evitar los trágicos desenlaces, como el de Isabel
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14 comentarios:

JoFz dijo...

Dí que sí.

isaac dijo...

y si es el de 7 años, no veas como desaparecen las jodías, eh?

Jas dijo...

¡¡HOY ES EL CUMPLE DE GUS!!

¡¡MUCHAS FELICIDADES GUS!!
(si tuvieras tu propio blog te lo diría allí XD )

Tenía que decirlo, espero que no te molestes.

Un abrazo ;-)

EL AVENTURERO dijo...

ese gus!
muchas zorionas y que tengAS un año morrocotudo
BRINDARE POR TI CON HABANA club DE 7 AÑOS

JoFz dijo...

Muchas gracias amigos, mi vaso de habana se vacia una y otra vez.
Y muchas gracias por poner los vasos aventurero, que yo eso del blog propipo lo veo poco probable.
Muchos abrazos.

JoFz dijo...

"propio", quería decir propio.

Anónimo dijo...

como se nota que no degustais mucho ron. La marca comercial es HAVANA (con V). De todas formas no tienen nada que envidiarle un bacardi 8 o un Brugal añejo (aunque éste último es más de dominicana, pero como todo queda en la misma zona del caribe...)

Jas dijo...

Ande andará el aventurero??...

Anónimo dijo...

el aventurero andaba por burgos pero tranquis que ya vuelve,aunque venía en pos de anonimato no se ha podido escapar de su fama como blogger

Campanilla dijo...

Cinco dias sin escribir Bajito, ¿estara de viaje?

Anónimo dijo...

Hola aventureug. Aquí Miguel intentando entrar en tu bleug

G.M. dijo...

Hola, hola... Me encanta tu espacio, tus imágenes son buenisisisisismas, bien morrocotudas... salu2 y muero por conocer la Habana..

Jas dijo...

Bajito, ya sabes que puedes borrar los comentarios que quieras, no??...pues eso.

Y por cierto, "anónimo"...Gus, no se llama Gustavo XDDD

DtV dijo...

Jejejeje, no había leido esto, que gracioso. No cabe duda de que es señal del éxito de este cuaderno de viaje tan maravilloso.
Gustavo

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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